Dos 'capos' del 'cartel de Cali', condenados a 30 años de prisión

Los capos colombianos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela han sido condenados a 30 años de prisión por un tribunal de Miami después de haberse declarado culpables y entregar 2.100 millones de dólares (1.650 millones de euros) a cambio de la protección de sus familiares. Miembros del Gobierno del presidente George W. Bush afirmaron que con esta condena el cartel de Cali queda desarticulado.

No obstante, los analistas colombianos se muestran escépticos. La condena de los hermanos Rodríguez Orejuela - Gilberto y Miguel, jefe del otrora poderoso cartel de Cali-, no causó ninguna sorpresa en Colombia. Desde hace un tiempo se sabía que el acuerdo con la justicia norteamericana era inminente y que estos dos hombres, que en un momento lograron colocar en el mercado norteamericano toneladas de cocaína, pasarían 30 años en la cárcel.

Se sabía también que el eje del acuerdo era salvar a sus familiares -cuatro de sus hijos tienen negocios en España- del lastre de años en el negocio ilegal. Este clan familiar, símbolo de la mafia colombiana, intentó por muchos medios borrar su mala imagen y convencer a la opinión pública de que nada tenían que ver con el negocio montado hace más de 20 años por sus padres y hermanos. No lo lograron.

¿Está realmente desmantelado el cartel de Cali? ¿De qué forma afecta la condena de los dos hermanos al tráfico de cocaína? Francisco Thoumi, una de las personas que más ha estudiado en Colombia este fenómeno, asegura que el cartel, "como cartel de grandes jefes", sí se acabó; pero el acuerdo no significa que el narcotráfico no continúe en el país.

Otro conocido analista, Pedro Medellín, tampoco canta victoria: "La firma de este acuerdo no necesariamente implica el fin del cartel ni del narcotráfico. Lo que se está dando es una progresiva sustitución de distribuidores grandes de droga a pequeños", comentó a este periódico. Estos nuevos capos, dice, están escondidos y tienen mayor posibilidad de movilización. "Hay una recomposición del negocio y una descartelización", concluye.

Medellín piensa, como muchos, que mientras Estados Unidos no adelante una política seria contra el consumo de drogas no hay posibilidad de reducir la oferta. Las estrategias de erradicación y de control terrestre de la hoja de coca han dado claras muestras de ser un fracaso.

Thoumi va más allá. Asegura que hasta que el país no deje de tener una actitud escapista y no se aprueben grandes reformas, no saldrá del narcotráfico. "¿Por qué si en el mundo hay 30 países donde se puede cultivar la coca, ésta se concentra en Colombia?", se pregunta.

Los hermanos Rodríguez Orejuela pactaron la entrega de gran parte de su inmensa fortuna, unos 2.100 millones de dólares. De sus familiares, 29 darán propiedades, directa o indirectamente ligadas con el narcotráfico. Estos bienes pasarán a ser propiedad de los países donde están: Colombia, EE UU, España y Ecuador. El vicepresidente Francisco Santos dijo ayer que la mayoría de este dinero debe ir a Colombia: "Ese dinero se hizo acá con mucha sangre derramada".