"En el Consejo Escolar no ven la utilidad de una comisión territorial"
Carmen Maestro (Madrid, 1954) es la nueva presidenta del Consejo Escolar del Estado, el parlamento de la educación, donde están representados todos los sectores educativos, profesores, padres, alumnos, patronales, hasta la Iglesia. Maestro acaba de llegar y ya se ha encontrado con un avispero: ninguno de los sectores que integran el Consejo Escolar está de acuerdo, por unas razones u otras, con la reforma de dicho organismo que ha planteado el Ministerio de Educación. La pretensión es que los 17 presidentes de los consejos escolares autonómicos se incorporen a este, nacional; incluso tendrán una comisión territorial para ellos, algo que muchos no acaban de ver con buenos ojos
Pregunta. No hay ningún sector de acuerdo con esto, ni a la izquierda ni a la derecha...
"Este organismo debe ser una institución transparente y lograr un clima constructivo donde nos encontremos en temas fundamentales"
"Los ayuntamientos tienen gran protagonismo en la educación, son la administración más cercana a la familia, los que detectan las deficiencias"
"Yo creo que en el Gobierno se hace siempre bastante caso de las opiniones que se emiten en el Consejo Escolar"
Respuesta. [Niega con la cabeza varias veces y los labios apretados].
P. ¿No se convertirá este parlamento educativo en un senado territorial? Después de todo, en el Consejo se discuten leyes nacionales.
R. En la Ley Orgánica de Educación se plantea la necesidad de adaptar el Consejo de Escolar al Estado de las autonomías y creo que es lógica esa adecuación. Pero los sectores han mostrado su desacuerdo con la comisión territorial, no ven su utilidad. Yo trasladaré al ministerio todas las enmiendas y propuestas. El clima es muy sereno y constructivo. Se han expuesto las ideas y me he comprometido a trasladarlo. Me consta que el ministerio quiere que el clima de consenso siga y que lo estudiarán despacio.
P. ¿Es necesaria la presencia, mediante una comisión, de los presidentes de consejos autonómicos?
R. No me puedo pronunciar, apenas me he incorporado y quiero ser la presidenta de todos los sectores, facilitar el diálogo y que no haya tensiones.
P. Al Consejo se le acusa a menudo de estar en manos del Gobierno de turno y así parece haber sido en las últimas legislaturas, según quién gobierne, las votaciones se inclinan a un lado u otro. ¿No podría ser un organismo más independiente?
R. Es verdad que el presidente lo nombra el Gobierno, pero la representación de los distintos sectores depende del peso que tienen, por ejemplo, los sindicatos mediante sus elecciones sindicales, y los cambios que puede haber en ese sentido no se producen por los cambios de Gobierno, sino por la representatividad real que tienen.
P. Con los sindicatos es fácil, pero la representatividad de los estudiantes, por ejemplo, está cuestionada, porque su antecesora dejó revisada esa representatividad y no quedó a gusto de ninguno. Ellos no tienen elecciones.
R. He estado estudiando esa resolución y es difícil encontrar otra argumentación que la que se dio, se ha estudiado jurídicamente, y está bien documentada. El Sindicato de Estudiantes me ha pedido que se hiciera efectiva y los he convocado; hay organizaciones que no salen beneficiadas, pero quiero que entiendan que es complejo.
P. Pero en aras de esa estabilidad en el tiempo que quiere para el consejo quizá sería necesario que los criterios de representatividad de cada sector en el Consejo se consensuaran y no se cambien con cada Gobierno.
R. Lo que queremos, una vez que se apruebe este decreto de estructura del Consejo es empezar a dar esa estabilidad. Pero no será total, porque el peso de los distintos sectores varía.
P. Pero los criterios no tienen por qué.
R. Sí, deben ser los mismos, y objetivos, porque lo peor que podríamos hacer es dirimir en los tribunales la representatividad, creo que eso no nos lo podemos permitir, las reglas del juego deben estar claras.
P. ¿Le gustaría que las decisiones que se tomen en este organismo fueran vinculantes?
R. Es un órgano consultivo, como el Consejo de Estado. Yo creo que se hace siempre bastante caso de las opiniones que se emiten en el Consejo Escolar del Estado. No es ejecutivo ni legislativo, pero sí supone un contrapeso importante. Los informes de la permanente los tiene muy en cuenta el ministerio, tienen mucha fuerza.
P. Pero a veces hay jornadas maratonianas de discusión de miles de enmiendas y, de repente, a altas horas de la noche, se vota una cuestión importante, como que se saque la religión de la escuela, y resulta que aprueba con el voto de cuatro gatos, porque el resto ya se ha ido a casa.
R. Hay que conseguir que estén todos los sectores, y queremos revisar que eso sea ágil y no tener que estar hasta las tres de la madrugada. Es nuestro reto, un reglamento ágil y eficaz. Todo el mundo está a favor de eso.
P. ¿Cree que la gente en la calle sabe qué es el Consejo Escolar del Estado?
R. Que se conozca bien es una de mis metas. Y no sólo como una frase vacía. Yo creo que la educación española es la gran desconocida. En el Instituto de Evaluación [que presidía hasta ahora] he llegado a conocer cómo estamos, de dónde venimos, qué fallos tiene el sistema educativo y creo que esa mirada serena sobre la educación, con datos, no con opiniones, es el gran reto de la educación en general. El Consejo debe conocer esos datos, hacer informes a partir de ellos y mostrarlos a la opinión pública.
P. La reforma incorpora a representantes de la administración local.
R. Sí, su representación no será muy amplia pero es fundamental, en infantil y primaria los ayuntamientos tienen un gran protagonismo, son la administración más cercana a la familia, los que primero detectan las deficiencias y pueden contribuir a las mejoras. Los ayuntamientos podrán trasladar al Consejo sus preocupaciones. Su presencia será enriquecedora.
P. Si los periodistas pueden entrar al Congreso y al Senado para contar lo que allí se debate, ¿por qué las sesiones del Consejo Escolar son a puerta cerrada?
R. Acabo de llegar, pero prometo estudiarlo. Creo, eso sí, que debe ser una institución transparente y que logremos un clima constructivo donde nos podamos encontrar en los temas fundamentales que tiene la educación planteados, aunque en algunos no lleguemos a acuerdos. Vengo con esa ilusión. Que en el Consejo se discuta con serenidad, que se hagan propuestas y que sea un organismo transparente me parece fundamental, y estoy segura de que lo vamos a conseguir.
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