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El Gobierno se resigna al cierre definitivo de la planta de Reckitt Benckiser en Güeñes

Los trabajadores salen desesperanzados de su reunión con el Departamento de Empleo

El Gobierno dio ayer por hecho el cierre total de la planta en Güeñes de la multinacional Reckitt Benckiser y admitió ante su comité de empresa que no existe ninguna otra opción. "Hemos salido peor de lo que hemos entrado", señaló un representante sindical al término de la cita entre el comité y una delegación del Departamento de Empleo. La consejería aseguró que se centrará en diseñar un plan de recolocaciones vista la "voluntad razonable" expresada por la empresa sobre esta materia. La dirección de Reckitt y el comité celebran hoy su segunda reunión.

Las citas entre las diferentes partes implicadas en este conflicto social prosiguen, pero las soluciones concretas no aparecen por ningún lado. Los trabajadores se han reunido con diferentes administraciones, como la Diputación de Vizcaya y el Gobierno, además de con la empresa. Las instituciones también han mantenido intercambios de pareceres con la compañía y los empleados, pero sin novedades para solventar la situación de los 194 empleados fijos de la planta de la localidad vizcaína, que fabrica productos de limpieza e higiene personal.

Representantes de Empleo se sentaron ayer cerca de dos horas con el comité de empresa, integrado por cuatro representantes de ELA, tres de CCOO y otros tantos de LAB y de un sindicato independiente. Los trabajadores salieron desesperanzados. "No nos han aportado ninguna solución y no han ofrecido nada en concreto", señalaron tras el cónclave.

El viceconsejero de Empleo, Juan José Loroño, dijo que el cierre de la planta es "prácticamente irreversible", como recalcó la pasada semana la multinacional al anunciar su decisión.

Oportunidad económica

En la línea de otras declaraciones de dirigentes y partidos políticos, Loroño habló de "sorpresa" y "decepción" del Ejecutivo. "No podemos asumir muy fácilmente un cierre de estas características, que responde más a criterios de oportunidad económica que de necesidad. Es difícil aceptar eso con naturalidad, pero respetamos el principio de libre empresa y éstas asumen sus decisiones", aseveró.

El número dos de Empleo opinó que la multinacional tiene una "voluntad razonable" de ofrecer una recolocación a los trabajadores. Reckitt les comentó, en la primera reunión celebrada el pasado viernes con el comité, que está trabajando para que la mayoría de los 194 afectados pueda emplearse en otras empresas de la zona. Sin embargo, no aportó ningún documento ni dato concreto al respecto. Se espera, según lo anunciado por los responsables de Reckitt Benckiser, que esta información detallada se traslade en la nueva cita prevista para hoy entre la compañía y los representantes de los trabajadores de la fábrica de Güeñes.

La recalificación de unos terrenos adyacentes a la planta, que eran propiedad de la multinacional y cuya venta le reportará a Reckitt más de cinco millones de euros, siguió ayer provocando críticas de los partidos políticos. Ezker Batua calificó el cambio de calificación urbanística, que quedó plasmado en un convenio firmado con el consistorio apenas un mes antes de que la compañía anunciase el cierre de la planta, como "harto dudoso en términos de legalidad", aseguró su parlamentario Oskar Matute.

El portavoz de EB en las Juntas Generales de Vizcaya, José Ferrera, reclamó a la fiscalía que abra una investigación sobrfe lo que a su juicio supone un caso claro de "fraude y prevaricación". Ferrera precisó que pedirá la comparecencia del diputado general, José Luis Bilbao, ante las Juntas Generales, ya que fue la institución foral la que ratificó los cambios urbanísticos aprobados por el Ayuntamiento de Güeñes.

El presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti, definió esta operación como un claro pelotazo y también anunció la petición de una comparecencia de la institución foral. "Todos los vizcaínos vamos a pagar la nueva empresa que se instale en Portugal o algún país del Este", manifestó.

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