La presión sobre Senegal desplaza al sur la salida de cayucos

La presión del dispositivo fronterizo europeo del Frontex y las patrullas organizadas por el Gobierno de Dakar obligaron a los inmigrantes a desplazarse a la región de Casamance. Esta zona del sur de Senegal, situada entre Gambia y Guinea-Bissau, y en parte controlada por una guerrilla independentista, se convirtió en el principal punto de salida de cayucos hacia Canarias. La continuidad de la presión ha desplazado aún más al sur la zona de la que parten las embarcaciones con inmigrantes.

Los principales puntos de partida de cayucos han descendido 100 kilómetros al sur atravesando una nueva frontera. En las cercanías del pueblo pesquero de Varela, en la costa atlántica, un guardacostas de Guinea-Bissau interceptó el pasado miércoles un cayuco con 47 candidatos al viaje, que fueron liberados inmediatamente y obligados a volver a sus países, según confirmó a France Presse el jefe de la policía de ese municipio. El responsable policial aseguró que el pueblo nunca había acogido a tanta gente en esta época del año, por lo que había decidido incrementar la vigilancia en la costa.

España tiene firmado un acuerdo de repatriación con Guinea-Bissau. Varios agentes de ese país permanecen en las islas para ayudar a la policía española a identificar a sus nacionales con la intención de devolverlos a su lugar de origen, según confirmó el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, durante una visita relámpago a Dakar para ultimar los vuelos de vuelta de los senegaleses que permanecen en los centros de retención de Canarias. El presidente de Guinea-Bissau, Joao Bernardo Vieira, ha reclamado a cambio que se conceda a sus conciudadanos un número limitado de permisos de trabajo para contrarrestar sus ansias de emigrar.

Las autoridades del país africano han comunicado además en los últimos días a sus homólogos españoles el paso por sus costas de varios barcos mercantes que transportan inmigrantes procedentes de Pakistán, India y Sri Lanka, supuestamente hacia Canarias, según fuentes oficiales españolas. Uno de características similares a los que busca el dispositivo de salvamento español en las cercanías del archipiélago, llamado Enemen-D, pasó de largo por los puertos de Conakry y Kansar, aún más al sur, en Guinea-Conakry, hace seis días, según la cónsul honoraria de ese país en Canarias, Alicia Navarro. Los medios de los que dispone el Gobierno de Conakry para combatir las salidas de clandestinos desde su territorio son mínimos. El Estado vigila sus costas con una única patrullera, una embarcación neumática y unos cuantos radares desplegados por todo el litoral.

Por otro lado, los cinco agentes de policía enviados por el Gobierno de Senegal y los dos diplomáticos de ese país llegados desde Madrid comenzaron ayer las identificaciones de ciudadanos senegaleses entre los casi 5.000 inmigrantes que se concentran en Canarias, informa Juan Manuel Pardellas. Los interrogatorios a que someten a los inmigrantes están llenos de preguntas trampa, ya que, como muchos senegaleses dicen proceder de otro país para evitar ser repatriados, los policías los interrogan sobre cuestiones de política interna, geografía y cultura del país del que dicen proceder.

Identificación de senegaleses

Por otro lado, a las cinco de la tarde de este lunes se cumplen las 72 horas de retención de los 160 inmigrantes asiáticos que llegaron en el pesquero Al-Mari retenidos desde el viernes en una nave logística de Salvamento Marítimo en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Si el Gobierno español es incapaz de resolver durante la mañana su repatriación, deberán pasar a disposición judicial e ingresar en uno de los saturados centros de internamiento o campamento militar de Tenerife.