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Reportaje:

Las citas electorales marcan el Presupuesto de 2007

Infraestructuras, sanidad y educación centran la negociación política

Los Presupuestos de 2007, últimos completos que gestiona el actual Gobierno socialista, están salpicados de citas electorales. Primero las catalanas, después las autonómicas y municipales y, de remate, las generales en 2008. Por ello, partidas como educación, sanidad y, sobre todo, inversión, con crecimientos previstos por encima del PIB nominal (cercano al 7%), están en el centro del debate. El Gobierno cree que tiene margen para un acuerdo parlamentario, dada la buena situación económica y el nuevo superávit presupuestario. Pero el riesgo de que el debate electoral contamine el presupuestario es alto. A él se suman otros en la esfera económica, como el alto coste de la reforma fiscal (unos 4.000 millones de euros), la subida de tipos de interés y el aún elevado precio del petróleo.

La cifra total de gasto se acercará a los 280.000 millones, un 6,7% más
El Gobierno cree que tiene margen para un acuerdo, dada la buena situación económica

El Consejo de Ministros del próximo viernes prevé aprobar los Presupuestos de 2007. Después entrarán en el Congreso y habrá un primer debate de totalidad, a mediados de octubre. En esa fecha, la campaña electoral catalana estará en pleno auge. No es el mejor clima para fraguar acuerdos que le permitan al Gobierno superar esta primera prueba.

Las inversiones estatales en Cataluña ya han dado la primera señal de lo que se ventilará en las negociaciones con los partidos catalanes. El 18,8% que establece el Estatut son unos 400 millones para Hacienda (cifra aún no cerrada) y 900 para CiU. Valencia y Madrid reclaman el mismo porcentaje.

Aquí se incluyen las inversiones de los ministerios de Medio Ambiente y de Fomento en el territorio catalán. Es decir, las que realiza directamente el Estado. Según las explicaciones del vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, a los partidos durante las negociaciones de la pasada semana, existe margen para mejorar el ritmo inversor del Estado en 2007 en todo el territorio. La previsión es destinar a infraestructuras cerca de un 8% más que en 2006, hasta alcanzar unos 15.000 millones. Habrá dinero sobre todo para ferrocarril (no sólo alta velocidad, también mejora de la red convencional), arreglo y conservación de las autovías y gestión del agua.

De alto reclamo electoral es también la sanidad y la educación. Las grandes cifras que maneja el Gobierno sitúan el crecimiento de estas partidas por encima del PIB nominal en 2007 (cerca del 7%). El problema que supone la inmigración en cuanto a la presión que ejerce en los servicios públicos también marcará el debate presupuestario.

La tercera pata de los Presupuestos de 2007 en cuanto a prioridades es la inversión en I+D+i por la preocupación del Gobierno en mejorar la productividad de la economía. El crecimiento previsto en inversión civil en I+D+i es del 30%, hasta una cifra que superará los 6.000 millones en 2007.

En el resto de grandes capítulos del Presupuesto, el margen de maniobra del Gobierno es escaso. Una tercera parte del gasto público lo absorben las pensiones, donde lo previsto es una mejora de las prestaciones mínimas. Además, existe el compromiso de aumentar el salario mínimo interprofesional y hay que dotar la nueva ley de dependencia. Casi otra cuarta parte son transferencias a las comunidades y los ayuntamientos, que aumentarán en torno a un 10% en 2007, hasta superar los 60.000 millones, como resultado del actual sistema de financiación.

La cifra total de gasto se acercará a los 280.000 millones en 2007, con un aumento del 6,7%, igual que el crecimiento nominal de la economía. Así se persigue mantener el peso del gasto en el conjunto de la economía (en torno a un 38% del PIB), como lucha contra la inflación.

En los ingresos, la previsión es crecer un poco más que la economía, aunque la experiencia de estos últimos años es que el incremento ha sido un 30% superior. Una de las razones, según los expertos consultados, es que la economía española en realidad ha crecido estos últimos años más de lo que refleja el INE.

En 2006 puede repetirse la situación: los ingresos de las administraciones públicas están creciendo a un ritmo que supera el 10% en el primer trimestre, cuando la previsión para el ejercicio es el 8% sobre el presupuesto de 2005, que también fue superado.

En cualquier caso, Solbes quiere mantener una prudencia que responde a que se espera un menor impulso de la economía y, sobre todo, a la reforma fiscal prevista. A favor juega que aún no se va a notar demasiado la pérdida de fondos estructurales procedentes de la UE, consecuencia del nuevo marco presupuestario. En 2008 el impacto negativo será mayor.

La rebaja del impuesto sobre la renta se notará desde enero de 2007 a través de las retenciones que se aplican en las nóminas. A ello se sumará la reducción de tipos en el impuesto de sociedades, lo que dará un coste para las arcas públicas en torno a los 4.000 millones en 2007. No hay previstas otras reformas de calado en el ámbito fiscal. Sólo habrá algún gesto en impuestos medioambientales, como se le ha propuesto a IU.

Tampoco habrá novedades en impuestos autonómicos. La reforma del sistema de financiación quedará, seguramente, para la próxima legislatura. Hacienda presentará una propuesta antes de fin de año, para iniciar el debate. También en este punto, la coincidencia de las elecciones autonómicas hará que sea complicado alcanzar un acuerdo en un plazo corto.

Aunque todo apunta a que en 2007 la economía perderá algo de fuerza, la impresión transmitida por Solbes es que se podrá compensar la rebaja de impuestos prevista. Para 2006 se estima un crecimiento económico real (descontada la inflación) del 3,4%, que se quedaría dos décimas por debajo en 2007. El empleo crecerá el 2,5%, cuatro décimas menos. Son ritmos altos y suficientes para alimentar las arcas del Estado.

Los riesgos están en un encarecimiento del precio del petróleo y en un alza de los tipos que frenen demasiado el consumo familiar. La previsión del Gobierno es que los tipos se sitúen a finales de 2006 en el 3,5% (medio punto más que ahora) y hasta el 4% o algo más en 2007. Algo de enfriamiento a la economía no le vendría mal, según todos los expertos, sobre todo si se compensa con un mejor saldo exterior. Se trata de no poner en riesgo el superávit del 0,7% del PIB previsto para 2007 (se puede llegar al 1,1% en 2006), de forma que se conseguiría el tercer saldo presupuestario positivo y consecutivo de la democracia.

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