La resistencia posible
Muere a los 79 años Joachim Fest, el gran analista alemán de la miseria del nazismo
Joachim Fest, el historiador y publicista que se aventuró a territorio ignoto al osar escribir una biografía de Adolfo Hitler en 1973 que supuso el hito rotundo en la historiografía alemana de la posguerra, murió el lunes en su casa en Kronberg, en el estado de Hesse. Ha muerto tan sólo semanas después de anunciarse la publicación de unas memorias, profundamente atípicas para un alemán de su época, en radical contraste con otras, porque con el título de Yo no, hacen un relato conmovedor de la resistencia al nazismo de su familia, no desde posiciones ideológicas sino desde la profunda convicción cristiana y ciudadana de su padre, que asumió la pérdida de privilegios y una intensa precariedad por resistirse -y obligar a su mujer y a sus hijos a otro tanto- a las presiones de unirse al partido nazi y a las estructuras del régimen.
En estas memorias, que saldrán en pocas semanas en Alemania, Fest revela cómo era posible desde la humildad, la firmeza de principios, la cohesión familiar, y en el caso de su familia de la fe religiosa y la dignidad emanente, hacer frente al agobiante acoso de la soldadesca ideológica del régimen. Para Joachim Fest -que hace unos años cosechó un muy considerable éxito en España con un público más amplio que no conocía su biografía de Hitler y fue tras la presentación del libro El hundimiento, después llevado al cine-, la profunda tragedia cultural alemana estuvo en la incapacidad de las élites culturales en hacer frente al nazismo. Con la clase trabajadora movilizada por comunistas y nazis, enfrentados o aliados contra los pocos demócratas, Fest describe cómo esa gran burguesía de la cultura de preguerra, tan bien descrita por Thomas Mann, se encanalla y deprime tras la Gran Guerra que es para muchos el hundimiento total de la cultura estructurada. Así, renunciando al liderazgo social y ético que deja en manos de las dos ideologías redentoras y asesinas, Fest tuvo que sufrir mucho bajo los ataques de quienes le acusaban de trivializar el nazismo por compararlo al comunismo y de ser quien provocó la llamada "lucha de historiadores". Fest tuvo el inmenso coraje de buscar matices en la escenografía de la sociedad del nacionalsocialismo cuando hasta los nazis más agresivos estaban, si era en Alemania Oriental, plenamente integrados en el partido comunista y en la Occidental en todos los estamentos pero siempre con un lema común a ambos lados del telón de acero y era el del mito de que bajo Hitler no había otra forma de existir que seguirle, adorarle o pretender hacerlo. Fest demostró pronto que no era así pero ante todo con sus memorias a punto de salir desmiente a quienes alimentan tal teoría. Durante muchas décadas desafió continuas descalificaciones de lo que se tachaba de aristocratismo tibiamente antinazi desde la izquierda alemana. Por el contrario, siempre fue un buceador en los matices, de esos que ahora tantos piden, por ejemplo los incondicionales de Günter Grass -con más fama éste pero no más carácter que Fest-; Fest siempre buscó, sin éxito, la explicación para el terrible e incontrovertible hecho de que la gran cultura alemana no se rebelara contra la miseria moral y cultural del marcialismo nazi. Cuando quienes aún se creían parte de esas élites, mucho después de Stalingrado, con la guerra ya decidida, quisieron reaccionar allá por el 20 de julio de 1944, era demasiado tarde. La nación alemana, tan dependiente de sus modelos de excelencia, estaba condenada. Aunque su libro de memorias, coincidente casi en el tiempo con el ya celebérrimo de Günter Grass, todavía no está distribuido aún, el crítico del semanario Der Spiegel, Matthias Matussek, ya lo ha calificado como una obra maestra y los pasajes publicados en Frankfurter Allgemeine, del que fue editor durante años, no dejan lugar a dudas.
Probablemente con Sebastian Haffner, Fest haya sido el más sabio y brillante analista del nacionalsocialismo desde una óptica alemana. Un intelectual conservador con la firmeza que su apellido (Fest: firme) delataba. Su libro más controvertido fue la biografía autorizada de Albert Speer, dirigente y arquitecto nazi, al que según sus críticos trató con excesiva benevolencia en los esfuerzos exculpatorios de aquel nazi elegante. Fest era un rigorista moral e intelectual pero quizá también por ello un hombre libérrimo, gran conversador y curioso inabarcable. Quien quiera entender el siglo XX en Alemania y Europa habrá de leerle.
Babelia
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