El arte en los juzgados
El contencioso Fundación Thyssen-Claude Cassirer es el último de los que últimamente nos ha brindado la cronología de pleitos artísticos. Nos remontamos al pasado mes de febrero: el Gobierno italiano y el Metropolitan Museum de Nueva York pusieron fin a un conflicto de más de 25 años. El museo neoyorquino se comprometió a devolver a Italia varias antigüedades robadas, y los italianos, a cambio, ofrecieron al museo préstamos indefinidos.
Tras una larga batalla, la nonagenaria Maria Altmann, sobrina y heredera de los dueños de las obras de Ferdinand y Adele Bloch Bauer, recuperó cinco lienzos de Gustav Klimt, que los nazis les habían arrebatado. Uno de esos cuadros, el retrato Adele Bloch-Bauer I, se convirtió el pasado mes de junio en el cuadro más caro de la historia.
Un par de meses después, el Museo Getty de Los Ángeles restituía a Grecia dos piezas de la Grecia Antigua que el museo había obtenido de forma ilegal. El proceso incluyó un año de negociaciones, la dimisión del presidente de la Fundación Getty, y el juicio a la responsable de antigüedades del museo, Mario True, acusada de saqueo de antigüedades.
Babelia
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