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Reportaje:LA CONFESIÓN DE DOS TESTAFERROS DE LA TRAMA EMPRESARIAL

El gerente que no sabía dónde estaba su empresa

Pedro Belén Alex, camarero, detalló al juez cómo le llamaron para figurar como gerente de una constructora de la que no volvió a saber nada hasta que Hacienda lo empezó a buscar por fraude

A Pedro Belén, durante muchos años camarero de Paterna, le ofrecieron ser gerente de una empresa de construcción. Después de meses sin trabajar, herido en un accidente de tráfico, le estaba resultando muy difícil encontrar quién lo contratara. Corría el año 2000 y un amigo suyo, llamado Luis, le presentó a un tal Javi, que le abrió una puerta. Sólo tenía que acompañarle al notario, firmar un papel, y ya tenía trabajo: gerente de una empresa de construcción. "Me dijeron", recuerda, "que 'de aquí a unos días te llamamos y ya hablamos tranquilamente y ya te diré lo que tienes que hacer". No volvió a saber del tal Javi, ni del notario, ni del abogado que estuvo presente en la constitución de la empresa. Un día, le empezaron a llegar cartas de la Agencia Tributaria reclamándole impagos, y su nombre apareció en los periódicos por endosarle facturas falsas a Terra Mítica.

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Toda esta historia la contó con detalle el pasado 6 de junio Pedro Belén Álex, cuando declaró ante el juez que instruye la causa por el fraude de Terra Mítica, testimonio al que ha tenido acceso EL PAÍS.

"¿Usted en qué trabaja?", le preguntó la fiscal. "Soy pensionista". De profesión, "hostelería y cocinero". "El tal Javi qué le dice; que le va a dar trabajo ¿en qué?". "En la construcción", continuó el interrogado. "¿Usted sabía algo de construcción?", inquirió la fiscal. "Yo no. Pero me dijeron que iba a trabajar con ellos, en la empresa". Pedro Belén Álex no tenía nada que ver con el mundo de la construcción, y desde el primer momento queda claro que es un hombre de paja de la empresa Ximo Dual, aunque está por probar si fue engañado, como él asegura, o aceptó figurar a cambio de un dinero.

A preguntas de la fiscal, el gerente de Ximo Dual asegura que no sabe dónde está la calle Pintor García, en Valencia, donde está el domicilio de la empresa. Asegura que todo lo que tenía del tal Javi era un número de móvil en el que le fue imposible localizarlo. "Lo he intentado localizar, porque al principio me llegaron cartas certificadas por el cartero, y yo decía ¿esto qué es? Yo notaba algo (...), me ponía como que había unos impagos de unas facturas".

En el interrogatorio queda implícito que Pedro Belén no estaba tan al margen de las actividades de su empresa fantasma. Belén asegura que se enteró de su situación por el periódico. El juez le pregunta entonces si acaso es que su nombre aparecía en algún titular. Belén reconoce que no, que su nombre aparecía dentro de un artículo, y ese artículo llevaba las palabras Terra Mítica en el titular. No queda claro si leyó el artículo porque sospechaba que podía tener algo que ver con él. "Fui al periódico, como todos los días. Y lo vi, de casualidad", dijo ante el juez. Pedro Belén tampoco pudo detallar en su declaración quién era el abogado que le acompañó a firmar, ni tampoco cómo se llamaba el notario o dónde estaba la notaría. "Hombre, ¿usted va todos los días al notario?", le insiste el juez. Tan sólo recuerda que estaba "por la plaza de toros".

Pedro volvió a ver a su amigo Luis, al que conocía porque "íbamos a un pafeto". Fue en Paterna, cuando ya estaba todo el escándalo en los periódicos. Asegura al juez que "Luis no tiene nada que ver" en todo el asunto. Cuando se encontraron se lo preguntó directamente y así se lo dijo, pero también le dijo que le podía ayudar a buscar un abogado. "Yo pensé para mí 'qué cosa más rara, cómo me dice esto de que me va a apagar un abogado particular y todo".

Otro de los testaferros que figuraban al frente de empresas que le endosaban facturas falsas a Terra Mítica presentaba un perfil muy distinto al de Pedro Belén. El mismo 6 de junio, el juez tomó declaración a Uta Scheerbath, en calidad de representante legal de Mecanizados de Levante. Scheerbath dejó de trabajar y se convirtió en socia de la empresa a través de un amigo de su marido llamado Emilio Muñoz.

Era 1989, tenía tres hijos pequeños y su trabajo le exigía dedicación exclusiva. "Entonces se me ofreció una posibilidad de que pudiera ser partícipe de esa empresa, para llevarme trabajo a casa y tener un pequeño sueldo", declaró al juez. "Se firmaron unos papeles". Pasaron 15 días y cuando preguntó cómo iba la empresa le dieron largas. Fueron a ver a Muñoz a su chalé. Allí le dijo que quería desvincularse del tema. Entre amigos, hicieron "unos papeles, pero la verdad es que no guardo ninguna copia". Scheerbath asegura que, desde ese momento, pensó que estaba desvinculada del tema. De la empresa, "ni siquiera sé dónde está", dijo.

Scheerbath, como representante de Mecanizados de Levante, puede ser acusada de delito contra la hacienda pública, falsificación de documento mercantil y perjuicios a Terra Mítica.

Pedro Belén Alex (izquierda) y Uta Scheerbath, en los juzgados el día que prestaron declaración.
Pedro Belén Alex (izquierda) y Uta Scheerbath, en los juzgados el día que prestaron declaración.CARLES FRANCESC

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