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Alto el fuego en Oriente Próximo

Annan emplaza a Israel a que salga de Líbano

El secretario general de la ONU fija la retirada israelí tras el despliegue de 5.000 'cascos azules'

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, afirmó ayer que Israel deberá retirar sus tropas del sur de Líbano cuando la fuerza internacional de paz haya desplegado -más en cuestión de días que de semanas- a 5.000 soldados. Tras visitar el cuartel general de la fuerza internacional encargada de vigilar el cumplimento del alto el fuego entre Hezbolá e Israel, Annan declaró que esa cifra constituye la fuerza "sólida, robusta y creíble" necesaria para que los soldados israelíes regresen a casa. Annan sobrevoló ayer en un helicóptero blanco con el emblema de la ONU la franja fronteriza entre Israel y Líbano, y comprobó con sus propios ojos la destrucción causada en viviendas e infraestructuras por 33 días de guerra.

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En Naqura, a orillas del Mediterráneo, Annan se reunió con el general francés Alain Pellegrini, comandante en jefe de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), que cuenta actualmente con unos 2.500 cascos azules de una veintena de nacionalidades. "Si conseguimos desplegar otros 2.500", dijo el máximo dirigente de la ONU, "será suficiente para estabilizar la situación y los israelíes podrán retirarse". El general Pellegrini explicó que aún hay entre 1.000 y 1.450 soldados israelíes desplegados en territorio libanés pendientes de la orden de retirada.

A diferencia de la víspera, cuando el secretario general fue abucheado y zarandeado por una multitud en sur de Beirut, bastión de Hezbolá, Annan no tuvo un recibimiento hostil de los escasos habitantes del sur del país que permanecen en la zona. A lo largo de su recorrido en automóvil, vigilado por soldados indios de la etnia sij tocados de turbantes azules, el máximo responsable de la ONU pudo observar numerosas fotografías de Hasan Nasralá, máximo líder de Hezbolá, y banderas amarillas del movimiento islámico ondeando entre los escombros. "Estados Unidos e Israel son los terroristas", rezaba una pancarta.

Numerosos pueblos del sur de Líbano están destruidos. Las minas y los proyectiles sin explotar impiden a sus habitantes regresar a sus casas y normalizar sus vidas. El general Pellegrini señaló que los soldados de la FINUL están destruyendo diariamente entre 500 y 1.000 bombas israelíes que no explotaron al tocar el suelo. Israel, dijo el comandante en jefe de los cascos azules, ha proporcionado a la fuerza internacional mapas de los lugares donde cayeron los proyectiles, pero no hará lo mismo con las minas colocadas en territorio libanés hasta que el despliegue internacional no se complete.

Utilizar la fuerza

Annan pudo comprobar cómo Hezbolá, durante la guerra, disparó misiles hacia territorio israelí desde plataformas instaladas muy cerca de los puestos de la FINUL. A la pregunta de qué ocurriría si volvieran a hacerlo, el general Pellegrini afirmó que los cascos azules podrán utilizar la fuerza para impedirlo en cumplimiento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.

Finalizada su visita al sur de Líbano, Annan voló en helicóptero a Israel para continuar con su gira por ocho países de Oriente Próximo. Hoy se entrevistará en Jerusalén con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, cuyo Gobierno de coalición atraviesa una difícil situación por el manejo de la guerra con Hezbolá. Annan presionará a Olmert para que levante cuanto antes el bloqueo sobre Líbano y para que las tropas israelíes que aún ocupan el sur del país se retiren para dar paso al Ejército libanés y a la fuerza internacional de paz. "Es necesario levantar el embargo aéreo, terrestre y marítimo, que constituye una humillación para los libaneses y un atentado para su soberanía", dijo Annan.

Tras su entrevista con Olmert, el secretario general de Naciones Unidas se trasladará a la Mukata, el palacio presidencial palestino en Ramala (Cisjordania), para entrevistarse con el presidente Mahmud Abbas, y de allí volará en helicóptero a Amman para conversar con el rey Abdalá de Jordania. Damasco, siguiente etapa del periplo, será una de las más difíciles del viaje. Annan tratará de convencer al presidente sirio, Bachar el Assad, de la necesidad de cooperar en el cumplimiento de la resolución 1701 y de impedir el rearme de Hezbolá. Siria es, junto a Irán, el principal patrocinador del movimiento chií, y a través de su frontera entran los cargamentos de armas destinados a sus militantes. Israel se niega a levantar el bloqueo sobre Líbano y a retirarse por completo de ese país mientras no reciba garantías de que el embargo de armas en la resolución 1701 funciona.

Kofi Annan, acompañado a su izquierda por el general francés Alain Pellegrini, ayer en el cuartel de la ONU en Naqura, a cinco kilómetros de la frontera israelí.
Kofi Annan, acompañado a su izquierda por el general francés Alain Pellegrini, ayer en el cuartel de la ONU en Naqura, a cinco kilómetros de la frontera israelí.AP

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