"Tras tantos años, me considero vasco de origen libio"
"Llegué a conocer el franquismo", dice Mohamed Elhamdi, a la hora de exponer todos los años que ya lleva en España. Llegó en 1972 a Madrid, la primera ciudad española que pisó. Él y otros 32 jóvenes compatriotas pudieron estudiar como becarios diferentes carreras en centros españoles gracias a un convenio de cooperación. "La mayoría queríamos Náutica y Medicina", recuerda.
Las condiciones de aquel viaje hicieron de Elhamdi un emigrante privilegiado. "La empresa nacional de petróleo libia nos becaba para estudiar y luego nos garantizaba un puesto de trabajo en buques de bandera" de su país natal, explica. Así fue para él.
De Madrid viajó a Bilbao y a Portugalete para estudiar en su Escuela de Náutica. "No sabíamos nada de Bilbao. Hasta decíamos el nombre mal. En el mapa veíamos que no estaba en el Mediterráneo y nos daba miedo. Era muy lejos, en otro mar", rememora. Su primera impresión de la capital vizcaína la tiene aún muy clara: "Nos pareció muy oscuro y la contaminación que había nos impactó".
"No sabía nada de Bilbao. Hasta decía el nombre mal y veía con temor que no estaba en el Mediterráneo"
Además, se hablaba en otro idioma. Elhamdi y sus compañeros sólo se expresaban en árabe o en inglés y tenían que estudiar una carrera en castellano. Quienes acudieron a Portugalete se instalaron en casas particulares a vivir con familias de la localidad para produndizar en su integración. "Si hubiéramos vivido dos o tres juntos en un piso de alquiler, no habríamos podido evitar hablar en árabe", reconoce.
Fueron cinco años de estudios, de ellos dos de prácticas que realizaron ya en barcos libios, pero Elhamdi se había enganchado a Euskadi de una manera que ningún barco podría remediar. Mientras estudiaba segundo conoció a Begoña: rubia, alta, con ojos azules y una fuerte y decidida personalidad.
Se casaron después de cuatro años de noviazgo y ahí siguen. Acuden a la entrevista juntos y prácticamente contestan a dúo, bromeando frecuentemente sobre su relación. "Un matrimonio mixto da mucha vida, no te aburres. Todavía mi mujer me sigue sorprendiendo", comenta él. Ambos aseguran que sus respectivas familias recalcan con buenos ojos su relación. "Es que en el País Vasco no había turismo y estaban ansiosos de ver a extranjeros; por eso me acogieron tan bien", bromea él. Tiene un recuerdo muy sentido hacia su suegro, quien murió en una estancia en Libia mientras vivía con ellos.
La vida de Mohamed y Begoña se ha desarrollado frente a dos mares. Primero en Bengasi, donde residieron ocho años, y ahora, en Gallarta. "Era importante que mis hijos aprendieran el idioma y la cultura árabe y eso es más sencillo cuando son pequeños, así que nos fuimos a vivir allí", cuenta ella. También se embarcaban a menudo con Elhamdi en sus viajes, ya que "los oficiales pueden llevar a sus familias a bordo". "Hemos llegado a estar hasta seis meses embarcados con los niños", indica.
Con el tiempo, toda la familia se resintió de las largas ausencias y llegó la hora de quedarse en tierra, de asentarse. Elhamdi se presentó a una convocatoria para trabajar como controlador de Salvamento Marítimo "y sacó el primer puesto de toda España", precisa orgullosa su esposa. Aunque ello no le ha permitido quedarse en el País Vasco, "porque no había plazas", pasa 15 días al mes en Almería y otros 15 en su casa familiar de Gallarta. "Me considero vasco de origen libio. Llevo casi más tiempo aquí que en Libia", destaca.
Desde su puesto en Almería se han coordinado operaciones de salvamento de muchas pateras. "Nos alegramos cada vez que detectamos una patera y podemos ayudar. Siento pena y dolor por las condiciones en que deciden emprender ese viaje y por lo que les empuja a esta aventura sin saber lo que les puede esperar en el mar", explica Elhamdi con la certeza de su situación "privilegiada" por haber emigrado "arropado por las instituciones" de su país y con soporte económico.
Esa inquietud sobre la inmigración es una de las razones que le llevó a fundar en 2002, junto a su compatriota Idris Erdiwh, el centro vasco árabe-libio de cultura Alrabetah (944354694 y 944306744; www.vascolibio.org). También quieren dar a conocer su cultura y "estrechar lazos con el pueblo vasco". En sus locales se realizan charlas, encuentros y talleres y se imparten clases de árabe y de euskera para niños inmigrantes.
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