Líbano exige en la ONU la retirada israelí

"Hace 27 días pedimos un alto el fuego inmediato", dijo ayer en el Consejo de Seguridad el embajador de Líbano ante la ONU, Tarek Mitri. El embajador israelí, Dan Gillerman, por su parte acusó a Siria e Irán de hacer la guerra a través de Hezbolá y destacó que "una resolución no acabará con el conflicto, las acciones acaban con los conflictos", explicó.

"Cuanto antes dejemos el sur de Líbano, más felices seremos", afirma Ehud Olmert

Rusia propone que se apruebe un alto el fuego mientras se debate una resolución

"La resolución que hay encima de la mesa deja a Líbano vulnerable en las manos de Israel", advertió Mitri durante su intervención, mirando al secretario general de la ONU, Kofi Annan. Y explicó los motivos del rechazo de Beirut al proyecto de resolución franco-norteamericano, presentada el sábado: "Se dice en él que Israel no podrá realizar acciones ofensivas sobre Líbano. (...) Pero Israel siempre ha declarado que efectúa ataques defensivos, no ofensivos".

El embajador israelí, por su parte, también dejó claro cuáles son los límites de su Gobierno: "No podemos permitir que el vacío dejado por la salida de nuestras tropas sea ocupado por Hezbolá".

Por la mañana, el Gobierno de Beirut había ofrecido desplegar 15.000 de sus soldados en el sur del país para garantizar la seguridad, algo que no sucede desde 1982. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, calificó de "interesante" la propuesta en espera de conocer los detalles de la misma.

"Esa decisión [del Gobierno libanés] es un paso interesante. Vamos a estudiar y examinar todas sus implicaciones para ver hasta qué punto es práctico y en qué espacio de tiempo", dijo Olmert en una conferencia de prensa conjunta con el presidente de Israel, Moshe Katsav. "Cuanto antes dejemos el sur de Líbano, más felices seremos, especialmente si hemos conseguido nuestros objetivos", subrayó Olmert, según informa Georgina Higueras desde Kyriat Shmona (norte de Israel).

El Gabinete de Olmert se mostró desde un primer momento favorable al borrador elaborado por Washington y París para poner fin a la guerra, que comenzó el 12 de julio tras la captura de dos soldados israelíes por milicianos de Hezbolá

La clave ahora es el papel de la llamada fuerza multinacional. Estados Unidos e Israel quieren que contenga tropas de combate capaces de impedir el lanzamiento de los cohetes de Hezbolá. El Gobierno libanés habla de cascos azules en apoyo a sus 15.000 soldados.

Líbano plantea varias objecciones al borrador franco-norteamericano. La principal, que no exige la retirada inmediata de las tropas israelíes del sur del país. El Consejo de Seguridad espera adoptar una resolución, que incluya el cese de las hostilidades, durante esta semana.

Rusia, en previsión de que el texto se entrampe, propuso una resolución transitoria de alto el fuego humanitario, mientras se negocia la principal, para permitir el paso de la ayuda en el sur. La ONU ha denunciado que la situación es trágica y ayer abandonó sus intentos de llevar víveres y otro tipo de ayuda al sur del Líbano, justificando su decisión por la falta de seguridad ante las advertencias y el toque de queda impuesto por Israel a todos los residentes al sur del río Litani.

La delegación enviada a Nueva York por la Liga Árabe, encabezada por su secretario general, Amer Musa, trata de negociar un texto que sea favorable a las tesis de Líbano. Los ministros de Exteriores de Qatar y Emiratos Árabes Unidos insistían, en este punto, en la necesidad de una retirada israelí.

Moscú considera que esta resolución no "debería ser adoptada", pues no es aceptada por Líbano, dijo el representante ruso en Naciones Unidas, Vitali Churkin. "Para nosotros, es evidente que tal proyecto sólo conduciría a la continuación del conflicto y a la violencia", añadió.

El más optimista era el primer ministro británico, Tony Blair, que espera una resolución de cese el fuego en Líbano "para mañana ". "Lo más importante es que se acuerde esta resolución" en Naciones Unidas. "No queremos que se retrase más", dijo Blair en Londres.

La iniciativa de EE UU y Francia -última potencia colonizadora en Líbano-, a la que también contribuyó Reino Unido, se basa en las resoluciones 1.559 y 1.680, en las que el Consejo de Seguridad pidió expresamente a Beirut que procediera al desarme de las milicias presentes en el país. Ambos textos reconocen además la plena soberanía e integridad territorial de Líbano.

El texto pactado por Washington y París hace un llamamiento al cese "completo" de las hostilidades entre las dos partes y pide expresamente a Hezbolá que "ponga fin de inmediato a los ataques", y a Israel que ponga fin a "todas las operaciones militares ofensivas". Esta fórmula permitirá a Israel responder ante cualquier ataque de la milicia chií, según indicaron fuentes en la ONU, lo que se considera como una victoria para Israel.

El Consejo de Seguridad deberá aprobar el despliegue de una fuerza multinacional que dé apoyo al Ejército libanés para crear un clima de seguridad en la zona y contribuir a la aplicación del alto el fuego permanente. Esa misión actuaría en la frontera de Líbano con Israel y Siria, país éste último que ha dado cobijo a Hezbolá desde su fundación en 1982. Pero para autorizarse el despliegue, el Consejo deberá adoptar una segunda resolución.