Los vecinos y los síntomas de la tragedia
Los sucesos acaecidos en Salobreña (Granada) y Arucas (Gran Canaria) no cogieron del todo por sorpresa a amigos, vecinos y familiares de los fallecidos. En ambos casos, a pesar de algunos síntomas de que se podía llegar a la tragedia, ninguna de las mujeres había denunciado previamente malos tratos, y ambos hombres estaban pasando por sendas crisis depresivas.
En Salobreña, su alcalde, Jesús Avelino Menéndez, aseguró ayer que en los archivos de la Policía Local no consta ninguna denuncia por malos tratos en el matrimonio, pero los agentes municipales sí que habían tenido que mediar en alguna ocasión en casa de la pareja "por temas de malos tratos" y "problemas en el matrimonio", según afirmaron fuentes policiales. No obstante, la víctima nunca llegó a denunciar.
La coordinadora en Granada del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Carmen Solera, señaló ayer que María Dolores acudió hace seis años a este departamento para pedir información sobre los trámites de separación matrimonial, aunque no era usuaria del IAM como víctima de violencia de género.
Algunos vecinos aseguraron que la pareja incluso estuvo un año separada, pero habían vuelto a convivir. En el vecindario, muchos afirmaron conocer los conflictos del matrimonio, que casi todos achacan a los "problemas psicológicos del marido". Familiares y vecinos coincidieron en señalar que él sufría graves depresiones, por las que había estado internado en varias ocasiones.
"Presentía que podía ocurrir algo", afirmó una prima del supuesto agresor, María de la O Laguna. "Él estaba enfermo desde hace años, sufría depresiones y entonces se volvía algo agresivo". Según esta familiar, si hubo algún episodio anterior de maltrato, la mujer no se atrevió a denunciar "por el gran amor que sentía por su marido".
María Dolores, a la que los vecinos definen como "alegre y jovial", regentaba un puesto de chucherías en el municipio, pero lo cerró hace un año para ocuparse de su esposo.
Por su parte, en Arucas (Gran Canaria), según testimonios recogidos entre los vecinos de Antonio Javier R.T., éste sufría una depresión desde hacía unos dos años, aunque nunca escucharon discusiones ni peleas entre el hombre y la mujer, y no dudaron en calificarlos como "una pareja normal".
Hasta el momento, con estas dos primeras muertes en agosto, se eleva a 44 el número de víctimas mortales en lo que va de año en casos de violencia doméstica.
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