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Reportaje:Ofertas para la maternidad en la Red

Óvulos a 2.000 euros

La Red se llena de anuncios de venta de óvulos en España. Decenas de mujeres los ofrecen previo pago

Mónica Ceberio Belaza

Todo se puede comprar y todo se puede vender por Internet. Los óvulos, también. "30 años, perfecta salud, se ofrece para donar óvulos a cambio de 2.000 euros", anuncia Chica de Granada en el servidor Terra. "Vendo mis óvulos, soy una mujer sana y bonita", dice María. "Yo los compro", responde Carmen en el mismo foro. Para futuras negociaciones, sólo dejan una dirección de correo electrónico. Decenas de anuncios de estas características, de mujeres y parejas que viven en España, se pueden encontrar en la Red. Las donantes tienen entre 18 y 35 años, y la mayoría son estudiantes o paradas, tanto españolas como inmigrantes.

¿Es legal la compraventa de óvulos en nuestro país? La nueva Ley de Reproducción Asistida, aprobada el pasado mayo, la prohíbe. Se permite la donación, siempre que sea anónima y carezca de carácter lucrativo o comercial. Sí se puede pactar una retribución económica, que oscila entre los 600 y los 1.000 euros, pero sólo para compensar las molestias físicas y las constantes visitas a la clínica que tiene que hacer la donante. María José O., de 30 años, recibió 750 euros el pasado junio por donar óvulos en un centro de su ciudad, al que tuvo que acudir unas 20 veces en total. Tomó anticonceptivos durante un mes. Después, recibió estimulación ovárica con inyecciones durante 12 días y finalmente, la sedaron para extraerle los ovocitos. La sanidad pública no retribuye las donaciones, sólo aportan una compensación las clínicas privadas.

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Antes de acudir a una de ellas, María José había puesto un anuncio en Internet, pero asegura que nadie le respondió. "Yo creo que no funciona", señala. Otras anunciantes, sin embargo, afirman que sí han cerrado contratos. Una pareja de Barcelona aseguró a este periódico que ha encontrado a una donante de 22 años a la que van a pagar 1.000 euros por sus óvulos. En la Red los precios oscilan entre los 1.000 y los 3.000 -en España, porque en otros países como México se disparan hasta incluso los 40.000-.

¿Por qué este matrimonio, que pide anonimato, no acudió directamente a una clínica? Aunque parezca paradójico, por falta de dinero. Se están sometiendo al proceso de reproducción asistida en la sanidad pública, en un "importantísimo hospital barcelonés", cuyo nombre no quieren dar. No pueden costearse el aproximadamente millón de pesetas que tendrían que pagar por la fecundación in vitro en una clínica privada, pero necesitan óvulos y en el hospital público escasean. "Allí nos dijeron que, si queríamos seguir adelante, teníamos que buscarnos la vida y conseguir al menos una donante", relata la mujer. Pero eso no es tan fácil, así que pusieron anuncios en la universidad y en Internet.

Los óvulos de la ciberdonante, sin embargo, no serán para la pareja. Las donaciones deben ser anónimas. "Las cinco o seis mujeres que nos estamos sometiendo al tratamiento en el hospital tenemos que llevar donantes, y luego los médicos deciden cómo distribuir los óvulos", explica. En este caso, todo es legal.

Karen es latinoamericana y tiene 26 años. Vende óvulos por Internet. "Ya sé que la donación tiene que ser anónima y sin ánimo de lucro", afirma por correo electrónico. "Pero esto es algo que está pasando en todo el mundo por necesidad económica. Cada vez se verán más jovencitas y chicos, nacidos aquí o en cualquier otra parte del mundo, vendiendo óvulos y órganos indiscriminadamente como si fuera un supermercado", opina. Asegura que dos personas se han puesto en contacto con ella, pero no han llegado a ningún acuerdo y ahora está acudiendo a una clínica para donar.

Como la ley exige que la donación sea anónima, los futuros padres no pueden elegir a la donante o madre biológica, que es quien va a aportar el 50% de la carga genética del niño. Con Internet, sí pueden hacerlo. Los anuncios están llenos de referencias a las cualidades de las donantes. "Soy delgada y con una ascendencia genética muy buena", asegura Byka, una mexicana que estudia en Barcelona. "Si quieres foto, contacta conmigo", añade. Taty señala que tiene "buena forma física y psicológica", que mide 1,68 y que es blanca, rubia y de ojos azules.

Para que el mercadeo por Internet funcione en España, es necesario que colabore algún médico dispuesto a vulnerar la ley. Y las clínicas privadas aseguran que eso no ocurre. Rafael Bernabéu, presidente de la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida, define la venta de óvulos como de "ilegal, punible y despreciable tráfico de órganos". Y no cree que haya "ningún centro en España que se arriesgue a la inhabilitación profesional".

Fuentes de asociaciones de gays y lesbianas señalan que hay parejas que salen de España para eludir el anonimato de las donaciones y utilizar los óvulos de alguna hermana o pariente cercano. Relatan el caso de una pareja de gays que quería tener un hijo que tuviera los genes de los dos. La solución: uno ha dado su semen, la hermana del otro, sus óvulos, y han alquilado a una mujer que lo geste. Cuatro personas involucradas en una nueva vida. Lo han hecho en Estados Unidos, donde sí se permite.

Laboratorio del Centro Gallego de Reproducción Asistida, Zygos.
Laboratorio del Centro Gallego de Reproducción Asistida, Zygos.

"JOVEN DE 19 AÑOS VENDE A PRECIO CONSIDERABLE"

- "Soy una mexicana que estudia en Barcelona. Soy delgada. Si quieres foto, contacta conmigo en mi correo. Tengo muy buena salud mental y ascendencia genética. Pido 3.000 euros". Byka.

- "Me gustaría ser madre pero soy estéril. Te doy 1.000 euros por un óvulo". Angynora.

- "Vendo mis óvulos por 1.800. Hace un tiempo hice una donación y todo salió bien. Saludos". Gingerine.

- "Soy joven de 19 años, muy sana. Morena de ojos marrones y pelo castaño. Por motivos económicos vendo mis óvulos, pero a un precio considerable. No abusaré de la situación de nadie". Carolina.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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