"Jamás volví a saber del bebé"
Una colombiana relata que dio a luz a un niño para un español soltero
Cuando colocó el anuncio en un foro de Internet ofreciendo su útero en alquiler, a Adriana le llovieron los correos de parejas gays que le pedían llegar a un acuerdo. "Me mandaban muchos mensajes, y me llamaron por teléfono, pero no me convencía, porque yo creo que el matrimonio ha de ser siempre entre un hombre y una mujer", afirma por teléfono esta colombiana de 32 años desde Bogotá, la capital de su país.
Sin embargo, Adriana no acordó nada con un matrimonio clásico. Su interlocutor, y la persona que se llevaría finalmente al niño que gestó durante nueve meses, fue un hombre español soltero, "de unos 45 años", que le pagó 25.000 dólares (19.000 euros) para que se inseminara artificialmente con su esperma. "Me pareció bien desde porque se veía que iba a educar bien al niño y porque él se preocupó de todo. Mi esposo lo conoció. No hubo problemas y mi marido lo aceptó", afirma la mujer.
El contacto se produjo hace dos años. Adriana relata que los primeros contactos con el español fueron a través de Internet. "Nos mandamos las fotos y estuvimos mirando como hacerlo. Yo creo que él sabía más que yo en qué clínicas colombianas se podía hacer. Tenía amigos aquí que le iban ayudando. Uno se me presentó un día en casa para conocerme. Yo creo que a él le costaba fiarse del todo y por eso lo envió." Meses más tarde, el español viajó hasta Bogotá para conocerla en persona y acordar la cifra. "Él dio el esperma y yo los óvulos y la matriz". Los siguientes meses fueron los más duros en la vida de Adriana. Cuenta, que a pesar de tener otros hijos y estar segura de que no quería quedárselo, se iba encariñando con el bebé que nacía dentro de ella.
"En mi país, la violencia y el clima político es apestante. Por eso tuve que recurrir a esto, por falta de ingresos. Pero además, yo ayudé a una persona que quería ser papá y que la vida no se lo había permitido", explica.
"Cuando se lo llevó me sentí un poco vacía", cuenta Adriana, "pero pronto me puse a trabajar otra vez y traté de olvidarlo". "Él me dijo que podía ver al crío siempre que quisiera. Pero jamás supe de él. He preferido seguir sin más contacto. Imagínate que lo veo de mayor y lo reconozco. No podría soportarlo". El anuncio colgado en la página de Internet es de hace más de dos años, pero sigue ahí todavía: "Soy colombiana. Sana. No fumo. Puedo gestar a tus jijos en mi vientre".
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