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'Kazaa' se rinde a la industria discográfica

Este servicio de intercambio gratuito legalizará su actividad en Internet y pagará 79 millones de euros

La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) anunció ayer un significativo avance en la lucha contra la piratería musical con un acuerdo alcanzado con Kazaa, el servicio de intercambio gratuito de archivos en Internet. La popular marca deberá legalizar sus operaciones, respetando los derechos de propiedad intelectual, y afrontar una indemnización de más de 100 millones de dólares. "Es un buen día para la industria, pero debemos prepararnos para la siguiente batalla", aseguró ayer John Kennedy, presidente de IFPI.

La IFPI desveló ayer el triunfo más significativo de los últimos meses en su lucha contra la distribución ilegal de música coincidiendo con la publicación de su informe anual sobre piratería. La capitulación de Kazaa, tras una enconada batalla judicial en Estados Unidos y Australia, sede de sus propietarios Sharman Networks, se suma a una serie de victorias internacionales contra servicios de Internet. "Es un paso muy significativo", admitió ayer Kennedy, presidente de la federación que vela por los intereses de 1.400 compañías discográficas de 48 países. "Es un gran día para las discográficas, los artistas y los productores de discos. Kazaa es la mayor marca pirata del mundo, un motor del robo de derechos intelectuales y el software más descargado en la historia de Internet. Ha acordado pagar una indemnización sustancial e, igualmente importante, se ha comprometido a limpiar su red de material no autorizado y a adoptar un modelo legítimo de negocio", añadió ayer en Londres.

La popular marca deberá afrontar una indemnización de 79 millones de euros
"Es un gran día para las discográficas, los artistas y los productores de discos"

Kazaa había perdido muchas simpatías entre los internautas cuando en 2002 se descubrió que, en busca del negocio, había introducido un programa en su servicio que permitía a terceras compañías enviar contenidos a quien se había descargado el programa o, lo que era más preocupante, usar de manera remota el disco del ordenador del internauta en computación distribuida. Kazaa se comprometió a pedir permiso a todos aquellos internautas que descargaron el programa sin advertirlo. Con todo, en 2004 todavía era el programa P2P más usado en España. Sin embargo, poco a poco fue desplazado por otras redes, como la eDonkey y el programa eMule.

Para Kennedy, la victoria extrajudicial sobre Kazaa no implica el fin de la contienda. Ha habido casos similares anteriores -el más notorio, el de Napster, que en 2003 se convirtió en un servicio de pago-, aún operan otros servicios de intercambio gratuito de archivos y probablemente brotarán nuevas marcas de distribución de canciones presuntamente ilegal.

"Quienquiera que ocupe mi cargo dentro de 20 años, seguirá enfrentándose a la piratería. Pero combatirla es nuestra función y responsabilidad. Nos decían que nunca podríamos ganar nuestras batallas en torno a Internet, que siempre habría cielos piratas en el mundo, pero en el último año hemos logrado importantes éxitos en EE UU, Australia, China, Corea y Taiwan", afirma Kennedy.

El presidente de la IFPI identifica a los proveedores de servicios en Internet, los ISP, entre los protagonistas del ciberespacio que deberían sumarse a la campaña de la industria. "Deben aceptar su responsabilidad moral y social en la gestión de sus servicios on line", defiende. "Internet", añade, "no es un enemigo de las compañías discográficas. Respetamos la nueva tecnología, incluso nos gusta, pero no aceptamos que se lleven gratuitamente nuestra música".

Sin aceptar que las discográficas se han sumado tarde al carro del ciberespacio, Kennedy reconoce que "es difícil invertir en servicios legales cuando la competencia funciona con música robada y gratuita". Volcar los catálogos discográficos en sitios legales de Internet, afirma, "no ofrecía incentivos financieros".

"No acabamos de despertar a las posibilidades de Internet, pero sí hemos tenido dificultades como el resto para descubrir la forma de competir con los servicios gratuitos. Hemos avanzado gradualmente y tuvimos que recurrir a los resultados de los litigios para financiar la creación de servicios legales. La industria cinematográfica, los editores de periódicos se enfrentan ahora a problemas similares. Nosotros fuimos los primeros en llegar a las trincheras y ahora acusamos éxitos tangibles", defiende.

Existen actualmente 350 tiendas legales en Internet con un repertorio combinado de tres millones de canciones accesibles para su descarga legal. Sólo en EE UU, en este apartado, las ventas se contabilizaron en 1.100 millones de dólares en 2005, un fuerte incremento respecto al año anterior.

Pese al avance, la piratería arroja estadísticas retadoras. Unas 20.000 millones de canciones se descargaron ilegalmente en 2005 a escala mundial. Y en el espectro tradicional, uno de cada tres CD vendidos era una copia pirata. La IFPI calcula en 4.500 millones de dólares el mercado ilegal de discos, con más de 1.200 millones de ejemplares distribuidos mundialmente.

"El problema es tan importante en el espectro físico como en el electrónico. Lo abordamos con distintas estrategias y acciones. Nunca erradicaremos la piratería, pero tampoco podemos darnos por vencidos. La piratería física desincentiva las inversiones, especialmente en artistas locales. Controlar el mercado on line es una garantía de éxito en el futuro. Internet ha abierto un gran mercado, y si podemos convertir ese mercado en ventas legítimas, tendremos delante un futuro muy saludable", explica.

La migración del CD a los nuevos soportes electrónicos avanza a un ritmo más lento del proyectado. "Es todavía un mercado saludable, que representa probablemente el 85% de las ventas globales, y más rico sería si desaparecieran los problemas de la piratería".

El informe de IFPI destaca 10 países en los que la acción conjunta de la industria y los distintos Gobiernos para combatir la piratería debe ser prioritaria: Brasil, Canadá, China, Grecia, Indonesia, Italia, México, Rusia, Corea del Sur y España.

De izquierda a derecha, John Kennedy, presidente de la IFPI, y Antonio Guisasola, presidente de Promusicae.
De izquierda a derecha, John Kennedy, presidente de la IFPI, y Antonio Guisasola, presidente de Promusicae.

El despegue de las descargas ilegales en España

Es el sexto año consecutivo que la IFPI identifica a España como el mercado europeo más afectado por la piratería musical, y lo sitúa entre los 10 países que requieren una intervención gubernamental convincente. La lucha contra la distribución ilegal de discos compactos está surtiendo efecto pero, en contrapartida, están generalizadas las descargas gratuitas de Internet sin el correspondiente pago de los derechos de propiedad intelectual.

Las descargas e intercambios ilegales de música crecen a medida que se extiende la banda ancha en territorio español. Según el informe de la IFPI, Protegiendo la creatividad en la música, cerca de 500 millones de canciones se descargaron ilegalmente en 2005, duplicando las cifras de 2004. "En España se da la típica situación del perro que se muerde la cola. Con la piratería a un nivel desenfrenado, incentivar la apertura de sitios legítimos de venta de música en Internet es ciertamente problemático. Es un problema que todavía debemos atajar", dijo ayer John Kennedy, presidente de la Federación Internacional de la Industria Discográfica.

"Necesitamos educar al público español y actuar con medidas disuasorias para que la gente se dé cuenta de que el comercio ilegal acarrea consecuencias", añadió en Londres. A diferencia de otros países, las discográficas españolas han evitado demandar judicialmente a los que cuelgan y descargan música periódicamente en Internet. "Sí, España va detrás en este frente", confirma Kennedy.

El presidente de la IFPI echa en falta "resultados tangibles" del esfuerzo del Ejecutivo socialista en la lucha contra la piratería. "El Gobierno debe reconocer que la piratería es un problema de la economía española, no sólo de la industria discográfica. Necesitamos que comprenda el problema y discuta con nosotros la estrategia para resolverlo. No se trata ya de llamar a sus puertas y luchar para que nos escuchen durante unos minutos", critica en la entrevista realizada ayer.

Kennedy reclama línea dura por parte del Gobierno en el control de los proveedores de servicios de Internet (IPS) y una constante ofensiva contra la venta ilegal de CD tanto en la calle como en los bares y restaurantes. Según las estadísticas recientes, en 2005 se practicaron 3.500 detenciones relacionadas con infracciones de copyright y se incautaron 3.557 copiadoras de discos compactos y DVD.

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