Israel se hace fuerte en el sur de Líbano
La guerrilla de Hezbolá dispara una lluvia de misiles mientras se intensifican los combates en territorio libanés
En el undécimo día de la guerra entre Israel y Hezbolá se produjo un salto cualitativo. Los soldados israelíes, respaldados por tanques y la aviación, tomaron ayer posiciones en un pueblo del sur de Líbano, escenario de los más feroces combates la víspera. Los mandos militares aseguran que no se producirá una invasión masiva. No obstante, dieron a la población chií que habita las aldeas próximas a la frontera un ultimátum para que se desplace a decenas de kilómetros hacia el norte. La respuesta de Hezbolá fue contundente. Más de 150 cohetes lanzaron sobre Israel, causando 19 heridos. Las sirenas sonaron en Haifa 10 veces.
Hasta las siete de la tarde tenían los residentes en el sur de Líbano para viajar al norte del río Lítani, a una treintena de kilómetros de la frontera, por unas carreteras destrozadas. El ultimátum augura que las operaciones de los militares israelíes van a ampliarse. Se ignora hasta qué punto. Lo que sí anunciaron portavoces del Ejército es que en los pueblos más cercanos a los límites de Israel y Líbano se han encontrado cohetes antitanque, misiles tierra-tierra y abundante armamento. Hasta anoche, los uniformados israelíes sólo se habían hecho con el control del pueblo de Marun al Ras. En otras zonas, la presencia de milicianos de Hezbolá es activa, porque un soldado hebreo resultó herido por los disparos de un francotirador en una base militar en territorio israelí.
No se dieron a conocer ayer cifras de muertos, precisamente cuando las batallas son más encarnizadas. Se guarda el secreto para que la moral de la población israelí no se vea más afectada de lo que ya está por el continuo lanzamiento de cohetes Katiusha sobre el norte del país.
La tensión es palpable en las autoridades israelíes. Algunos analistas sospechan que nunca imaginaron que afrontarían una situación como la actual. Hasta el viernes, 15 civiles y 19 militares habían muerto y los heridos se elevan por encima de los 300. "Contaremos los muertos al final", declaró el viernes un mando.
Los jefes del Ejército son igualmente imprecisos a la hora de fijar la duración y extensión sobre el terreno de las operaciones. Aunque ciertas discrepancias han surgido entre el ministro de Defensa, Amir Peretz, y los generales al mando. Mientras el primero no descartaba el jueves una invasión en profundidad, los uniformados aseguraban ayer que semejante incursión no se producirá. Siempre está presente el recuerdo de los cientos de víctimas durante los 22 años de ocupación del sur de Líbano, que concluyó en mayo de 2000.
Potencia de fuego
Si hay algo que se puede afirmar con certeza es que, al menos hasta ayer, la potencia de fuego de Hezbolá no había sido eliminada en la medida en que afirmaron los portavoces militares en los primeros días de batalla. En una de las peores jornadas desde el 12 de julio, la milicia islamista chií disparó más de 150 cohetes sobre numerosas poblaciones de Galilea.
Sólo sobre Kiryat Shmona, apenas a un par de kilómetros de la frontera, cayeron 26 Katiushas por la mañana. Haifa, la capital industrial de Israel y tercera ciudad del país, que cuenta con casi 300.000 habitantes, se sobresaltó con las sirenas una decena de veces. Un montón de proyectiles aterrizó en zonas abiertas y en la bahía sin causar heridos. También Safed, Nahariya, Carmiel, Rosh Pina, Maalot y los Altos del Golán recibieron impactos. Como ocurre en estas ciudades y pueblos casi a diario.
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