Chipre, un pequeño Dunkerque
La UE ofrece ayuda a las autoridades de Nicosia para acoger a las 100.000 personas que van a ser evacuadas desde Líbano
La guerra ofrece terribles contrastes. Mientras los buques estadounidenses Trenton y Nashville llegaban al puerto chipriota de Limasol con 3.000 evacuados a bordo, cansados, aterrorizados, pero aliviados al llegar a lugar seguro, dos cruceros arribaban con 1.600 israelíes de vacaciones. Unos huyen. Otros disfrutan de la vida. Andreas Constantinoy, funcionario de la autoridad portuaria de Limasol, aseguraba que tuvieron que organizarse a toda prisa para evitar que los miles de evacuados se encontrasen con los israelíes. Nadie sabe lo que podría haber ocurrido. Los 3.000 evacuados salieron por un lado, y los 1.600 israelíes, por otro. Subieron a los autobuses y fueron trasladados a hoteles de Limasol.
El Nashville llevaba tiendas de campaña instaladas en la cubierta para proteger a los evacuados, todos con pasaporte estadounidense. Damia, residente en Beirut, lo mostraba ostentosamente: "Nos costó trabajo subir al barco. Hay muchísima gente que quiere marcharse, aunque ayer parecía que la situación estaba un poco mejor. La gente se desplaza hacia las zonas de la ciudad donde no caen las bombas".
Desde que empezó la crisis han llegado a Limasol 10.000 evacuados, y otros 20.000 a Larnaca. En total, 30.000 desde el día 16, cuando empezó el conflicto. "Nadie sabe lo que durará esto", dice un funcionario de la autoridad portuaria. En pocos días se espera llegar a los 100.000 evacuados desde Líbano. En la evacuación de tropas británicas y francesas desde Dunkerque, en mayo de 1940, fueron trasladados hasta Reino Unido 300.000 personas en 10 días.
"Yo estaba jugando al tenis cuando de repente sentí las bombas sobre mi cabeza", dice Eddy, de 66 años, quien se siente feliz nada más llegar a Limasol. Hay otros, como Kayak, un estudiante de 18 años, que se quejan amargamente del conflicto: "En esta guerra todos son malos".
En los puertos de Limasol y Larnaca se están multiplicando los gastos. Tienen que proporcionar asistencia médica, alimentos y agua, y además han tenido que contratar a más empleados y vigilantes. Pero "lo hacemos con gusto", dice Constantinoy, "porque nosotros tuvimos una experiencia similar con la invasión turca del norte de Chipre, en 1974". La situación, en cualquier caso, "es nueva y extraordinaria".
El ministro de Exteriores de Chipre, George Lillikas, aseguraba ayer en el puerto de Larnaca: "Tenemos a la gente alojada por unas horas en todo tipo de instalaciones en puertos, aeropuertos, hoteles, apartamentos e incluso en restaurantes. Estamos en temporada alta de turismo
[la principal fuente de ingresos de Chipre], y los hoteles están llenos,". La UE ya ha respondido a la petición de ayuda de Nicosia y enviará un equipo para ayudar a acelerar el transporte de los evacuados.
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