El turismo y el comercio dejan sin poder cubrir más de 10.000 empleos en verano

Hay un total de 10.000 puestos de trabajo vacantes que el sector del turismo y el comercio de Cataluña no podrán cubrir este verano, según los cálculos de los empresarios del ramo. El problema se agrava cada verano, a su juicio, porque cada vez menos gente quiere dedicarse a una profesión que implica trabajar en festivos y a horas en que los demás descansan. Port Aventura, por ejemplo, nunca ha conseguido incorporar la plantilla que necesita y ha decidido contratar trabajadores en su país de origen. Para el próximo verano ya piensa en un contingente mexicano.

El director de Recursos Humanos de Port Aventura, Enrique Fontecha, reconoce que el parque de ocio no ha logrado cubrir todos los puestos de trabajo que tiene vacantes desde que abrió sus puertas hace 10 años, "aunque parezca inaudito". Entre finales de junio y mediados de septiembre el complejo incorpora cada año a un millar de trabajadores para los hoteles, las tiendas y las atracciones. El reclutamiento ya comienza en noviembre, pero, pese a esta previsión, este año, a mediados de julio, aún necesitaban 150 empleados más y no los han encontrado.

"Tenemos tantas dificultades en encontrar mano de obra que nos hemos planteado contratar a personas en su país de origen. Vemos muchas posibilidades en incorporar un contingente de 100 o 150 personas de México el año que viene", explica Fontecha. A su juicio, los horarios del trabajo en el parque no son especialmente duros -la jornada laboral es de siete horas diarias- y los salarios son acordes con el tipo de responsabilidad y la formación aportada por el trabajador -muchos de ellos son jóvenes menores de 26 años que acceden a su primer empleo-.

Los problemas de Port Aventura para encontrar camareros, ayudantes de cocina y dependientes para las tiendas en verano son una muestra palpable de la problemática que vive el conjunto del sector del turismo y el comercio. Entre los diferentes ramos, el déficit de personal en la campaña de verano supera con creces los 10.000 trabajadores.

"Es un trabajo esforzado, con horarios que implican trabajar cuando el resto descansa y la juventud de hoy en día valora mucho más la calidad de vida", explica Gaietà Farràs, presidente del Gremio de Restauración de Barcelona. En su opinión, los 47.000 bares y restaurantes que existen en el conjunto de Cataluña se han quedado sin fichar a unos 6.000 camareros y cocineros que necesitan, pero es algo que viene ocurriendo desde hace varios veranos y han aprendido a arreglárselas con menos personal. "Vamos trampeando la situación como podemos", agrega.

A "trampear" esta situación ayuda la entrada de mano de obra inmigrante, que es masiva en el sector de la restauración. Gaietà Farràs no se atreve a detallar un porcentaje, pero asegura que en buena parte de los grandes locales "es extracomunitario más del 90% del personal".

El sueldo no es problema

El sector hotelero sufre el mismo problema, sobre todo el de costa y por tanto más estacional, ya que los establecimientos necesitan reforzar su plantilla de un día para otro para un periodo no superior a los tres o cuatro meses. "La situación no sólo no cambia con el tiempo, sino que empeora", afirma el gerente de la Asociación de Hostelería de la Costa Brava, Martí Sabrià. El 20% de los establecimientos de esta parte del litoral sólo abren en la época estival y el resto refuerzan su plantilla en el 20% y el 30%, así que a los más de 8.000 trabajadores que se contratan en la zona, hubiese sido conveniente añadir otros 1.500 que no se han encontrado por ninguna parte, según Sabrià.

Los puestos de cocina y de limpieza son los más difíciles de cubrir, incluso por la inmigración, que "prefiere dedicarse a la construcción, por ejemplo, porque es un trabajo que les dura todo el año", opina. A la pregunta de por qué creen que les cuesta tanto encontrar trabajadores, ninguno de los empresarios consultados cree que el salario que ofrecen sea un problema, en contra de los manifestado en numerosas ocasiones por los sindicatos.

El secretario general de la Confederación del Comercio de Cataluña, Miguel Ángel Fraile, asegura que el sector necesita 4.000 trabajadores más de los que tiene y que en verano este déficit crece el 20%. Los sueldos que se pagan, a su juicio, no son el problema. "No hay explotación del trabajador, y el comerciante paga a su empleado lo que puede en función de lo que gana con la tienda", señala Fraile, y agrega que "hay gente que prefiere trabajar en una oficina aunque gane menos dinero".

A su juicio, las admnistraciones tendrían que facilitar la formación del personal y algún tipo de incentivo para animar a los jóvenes y los mayores a trabajar en el comercio. Es necesario, además, "prestigiar" la profesión.