España encabeza la pasión por el 'messenger'
La mensajería instantánea por Internet atrae a un tercio de los jóvenes de entre 12 y 24 años
Algo está empezando a cambiar en los hogares españoles. Dan las diez de la noche y apenas hay peleas entre padres e hijos por el mando de la tele y el mejor sitio en el sofá. La batalla es ahora por el messenger, el sistema de mensajería instantánea gratuito en Internet que atrapa cada día a cuatro millones de españoles. La mayoría de jóvenes lo adora; sus padres no lo entienden y lo temen. Los jóvenes desaparecen a esa hora porque han encontrado la forma de quedarse en casa y seguir hablando con sus amigos con este sistema en el que muchos adolescentes se pasan "literalmente toda la tarde", como cuenta Rafa, de 14 años. "Yo llego a casa del colegio, meriendo y me conecto para chatear con mis amigos. Ahí estoy hasta que me acuesto", explica.
La consultora Nielsen / Netratings subraya que la fiebre afecta sobre todo a los más jóvenes: los usuarios entre 12 y 24 años suman 2,4 millones, más de un tercio de la población comprendida en esta franja de edad. A medio camino entre los chats y el correo electrónico, la mensajería instantánea permite hablar en tiempo real con cualquier persona conectada a Internet desde cualquier rincón del globo. "Es un auténtico fenómeno social lo que está ocurriendo aquí", asegura Íñigo Asiaín, portavoz de Messenger España, compañía de Microsoft que acapara el 95% de usuarios de mensajería instantánea en este país. "Nosotros lo atribuimos al propio carácter de los españoles, que siempre han hablado mucho", explica.
Uno de cada cinco minutos consumidos en Internet se emplea en el messenger. Además, España es el país del mundo con mayor proporción de internautas apuntados a los servicios de mensajería instantánea: el 62,6% de los que se conectan a la red según la consultora ComScore, por delante de Francia (60,3%), Reino Unido (51,9%) y EE UU (48%).
El messenger de la compañía de Bill Gates -antes llamado MSN, ahora Windows Live Messenger- cuenta con 7,4 millones de usuarios en España. El resto del mercado se lo reparten entre Yahoo! Messenger (425.000), y Google Talk, testimonial, según Nielsen / NetRatings.
Parte del éxito se explica por la gratuidad -salvo la factura de Internet- y porque permite mantener una conversación escrita en tiempo real con 15 personas simultáneamente. Con ayuda de una webcam (pequeña cámara que se conecta al ordenador) es incluso posible ver a la persona que está al otro lado y la mayoría de versiones de messenger permiten hablar a viva voz, conectando el audio. Y, sobre todo, es fácil de manejar: al contrario de lo que ocurre con el correo electrónico, no es necesario abrir un mensaje cuando llega. Cada comentario queda registrado en una misma pantalla, como si fuera el diálogo de un guión de cine.
La privacidad y confidencialidad son otras de las claves del éxito: se selecciona a las personas con las que se quiere hablar en cada momento; son los llamados contactos, que el usuario agrega voluntariamente a una lista y que cuando uno se conecta puede ver si están disponibles o no.
"Es como estar en una cafetería en la que entran amigos y conocidos para charlar un rato", explica Marta Azpilicueta, estudiante de 25 años. A diferencia de los chats y foros, que son macrocomunidades abiertas a todo el que quiera dejar un comentario, con la mensajería instantánea cada individuo elige el cómo, el cuándo y con quién. "Así te evitas toda esa gente rara que hay en los chats", cuenta Mónica. Tiene 16 años y todas las tardes habla con sus primas y sus compañeros de clase. Para Mónica la mensajería instantánea es una forma de comunicación "más cercana que el teléfono, aunque más seca que el cara a cara", y asegura que "estrecha los lazos entre las personas".
"Educadores y padres no saben cómo afrontar esta revolución en la forma de relacionarse de los más jóvenes", afirma el sociólogo Ángel J. Gordo. El uso de la mensajería instantánea ya se nota en el descenso de llamadas telefónicas y de consumo de televisión, que ha descendido nueve minutos diarios de media en un año.Prueba de ello es el silencio que reina en muchas casas cuando, al acabar de cenar, los jóvenes se apoderan del ordenador, escriben su alias -su nickname- en el messenger y aprietan el Enter para ver quién de sus amigos está en línea.
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