80 palestinos han muerto desde que comenzó la ofensiva en Gaza

La sangrienta jornada del miércoles en la franja de Gaza -24 palestinos murieron, entre ellos nueve miembros de una familia- se prolongó a la madrugada de ayer con el bombardeo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Nadie resultó herido. Los miembros del Gobierno, dirigido por los fundamentalistas de Hamás, apenas acuden a sus despachos, sabedores de que son lugares de enorme riesgo. Desde que un soldado judío fuera capturado en una base israelí en la frontera con la franja, el 25 de junio, funcionarios y policías se han dado a la labor de salvar lo que puedan de los edificios oficiales.

Unos 80 palestinos, varias decenas de ellos civiles, han fallecido en las dos últimas semanas durante la brutal ofensiva israelí, carente de contención a la hora de arrasar las infraestructuras civiles en la franja. La aviación judía ha destrozado la oficina del primer ministro, Ismail Haniya, la del responsable de Interior, Siad Siam, y ahora la del titular de Asuntos Exteriores. Anoche, un tanque israelí alcanzó un coche en Gaza, matando a un palestino e hiriendo a otro.

Aunque los gobernantes israelíes aseguran que la finalidad de la invasión de Gaza -desde el miércoles está seccionada en dos mitades- es detener el lanzamiento de cohetes Kassam y recuperar al cabo Gilad Shalit, la eliminación de los dirigentes de Hamás siempre está presente en sus planes. El Ejecutivo israelí ha insistido hasta la saciedad en que todos los jefes islamistas serán perseguidos. No sólo en la franja. La inmensa mayoría de los diputados islamistas y miembros del Gabinete residentes en Cisjordania fueron capturados a finales de junio.

"Todas las personas en Gaza son objetivo de Israel. Cualquier casa es un blanco. Éste es el sistema destructivo construido en lo que se llama Israel", declaró el ministro de Exteriores, Mahmud Zahar. Su portavoz Taher al Nunu acusó a Israel de practicar "actos de terrorismo que pretenden aniquilar las instituciones palestinas".