"Ni las redes paran a las medusas"
Los vecinos del Mar Menor, en Murcia, se lamentan de la gran cantidad de celentéreos que inundan esta zona turística
Ya en esta primera semana de julio, unos centenares de turistas y habitantes del Mar Menor (Murcia) han tenido que ser atendidos de picaduras de medusas. Los incidentes son una constante que se repite desde hace más de una década en esta laguna salada natural, que todos los meses de julio congrega a decenas de miles de visitantes y cuya principal atracción es la temperatura de sus aguas, hasta dos grados superior a la del mar Mediterráneo.
Las medusas en esta zona de Murcia parecen ser un caso extremo, pero la Agencia Europea para el Medio Ambiente ha alertado de que la proliferación de estas especies, como consecuencia de la alteración del hábitat, puede poner en riesgo las turísticas aguas del Mediterráneo.
"El agua que se filtra de los campos de cultivos es una golosina para ellas"
La familia Olmos, que vive en Los Alcázares, uno de los municipios el litoral murciano, ya ha tenido que sufrir las temidas picaduras de los celentéreos, que desde hace varios años llenan el Mar Menor: "Y eso que no se parece en nada a lo que sufrimos hace siete u ocho años, en los que literalmente no se podía uno bañar. Pero ahora las medusas no llegan a la costa, ya que se han instalado unas redes que no dejan pasar a estos animales", explica el padre, José Olmos, quien asegura ser pescador "desde que existe Los Alcázares".
Pero su hija Pilar dice que "ni las redes paran a las medusas". "Hace unos días tuvimos que curar a los críos de las picaduras de las aguamalas", se lamenta esta joven, que explica que este tipo de medusa, la Pelagia noctiluca, no es endémica del Mar Menor.
"Hasta hace unos años en el Mar Menor sólo había un par de tipos de medusas, que no picaban, sino que más bien se alimentaban de los nutrientes, por lo que que lejos de ser un problema eran beneficiosas para el ecosistema. Pero desde que se abrió el canal del Estacio para que pudieran entrar barcos de recreo el ecosistema cambió por completo, y aparecieron todo tipo de especies, como por ejemplo las Cotylorhiza tuberculata, llamada en la zona sombrero de obispo, por su gran tamaño", explica Pilar Olmos, que es bióloga. "Desde hace varios años apenas veo pesca; antes se podían capturar hasta mil arrobas de mújol, pero ahora apenas encuentras algunos ejemplares", se lamenta nuevamente José, quien coincide en culpabilizar a la construcción del canal del Estacio de los cambios.
Pero, además de la entrada de estas especies invasoras, otra joven vecina de Los Alcázares opina que también "es culpa de los constructores y los alcaldes de la zona, que están continuamente moviendo las arenas costeras e interiores para construir".
Pilar Olmos menciona otro de los problemas que sufre la laguna salada y que redunda en la presencia de medusas y otras especies invasoras: "El agua que se filtra de los campos de cultivos cercanos del Campo de Cartagena está llena de nutrientes, lo que supone una auténtica golosina para las medusas. Todo en conjunto es un gran problema para el futuro del Mar Menor", resalta esta joven, refiriéndose a una zona en la que está prevista la construcción de un mínimo de 10.000 viviendas a corto plazo.
A pesar de la situación que describen los vecinos, el consejero de Medio Ambiente, Benito Mercader, solicitó a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que permitiera la construcción de un nuevo puerto en la zona denominado Puertomayor, concretamente en la vertiente mediterránea del Mar Menor, que aumentaría el nivel de contaminación que se adentraría en la laguna, especialmente por el canal artificial del Estacio. El Ejecutivo murciano lo hizo aunque la declaración de impacto ambiental del proyecto indicaba que su construcción supondría un aumento de los problemas mencionados, incluyendo el aumento de medusas y otras especies invasoras, como por ejemplo las allí denominadas orejas de liebre, que acaban con las algas autóctonas. Asimismo, el Departamento de Biología de la Universidad de Murcia hizo un informe rechazando la construcción de Puertomayor.
Mientras tanto, el Ministerio de Medio Ambiente ha iniciado los estudios para construir unos diques que eviten la llegada del agua procedente de la agricultura repleta de nutrientes de los que se alimentan las medusas. Así, recientemente el Boletín Oficial del Estado ha aprobado la declaración de impacto ambiental del canal de contención, que drenará el suelo, llevando el agua a la planta desalobradora de El Mojón, en la confluencia de las provincias de Murcia y de Alicante. Allí se desalará el agua, que volverá a ser utilizada para la agricultura. Toda la inversión supone unos 30 millones de euros, que están incluidos en el Programa AGUA del Ministerio de Medio Ambiente.
Mientras llegan estas soluciones, el pasado fin de semana tuvieron que ser atendidas unas 400 personas por picaduras de medusas en Águilas, un municipio al sur de la provincia, lindando con Almería. Según el recorrido habitual de estos celentéreos, en los próximos días podrían estar cerca de la Manga del Mar Menor, y más concretamente frente al canal artificial del Estacio, que se convierte en un auténtico Canal de Suez o autovía por el agua que permite la entrada de las medusas al Mar Menor.
En esta ocasión, y tal y como recuerda Pilar Olmos, las medusas más pequeñas se colarán entre las redes, por lo que llegarán a las costas molestando a los bañistas.
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