La Generalitat y las universidades envían "oteadores" a los grandes parques científicos

La construcción y el desarrollo de los parques científicos valencianos no ha sido una cuestión pacífica desde que a finales de los 90 el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, decidiera tumbar el proyecto de la Universidad de Alicante, el Medpark, y a su rector, Andrés Pedreño, que acabó dimitiendo. El asunto, hoy, sigue generando tensiones, como lo prueba el cruce de declaraciones mantenido la semana pasada entre el rector de la Jaume I, Francisco Toledo, y la consejería de Empresa, Universidad y Ciencia. La cosa, sin embargo, ha evolucionado; Generalitat y universidades manifiestan su voluntad de acelerar su puesta en marcha y dan muestras de su colaboración. La última se llama Nuevas Oportunidades Empresariales Mediante la Investigación (Noemi), una iniciativa de la Administración aplaudida por los rectorados.

Noemi, como la mayoría de los programas de la consejería, es complejo porque mezcla las vertientes universitaria y empresarial. Por lo que toca directamente a la primera, consiste en enviar a una veintena de "oteadores" -cuatro por cada universidad pública- a algunos de los grandes parques científicos europeos y de Estados Unidos para que aprendan su funcionamiento y mecanismos de gestión. Al acabar su estancia de seis meses, los becarios de lujo -su sueldo ronda los 3.000 euros y tienen cubiertos parte de los gastos- deben regresar y participar en la puesta en marcha de los parques científicos autóctonos.

Los Noemi cuentan con experiencia en el terreno de la tecnología y de la gestión empresarial, según la consejería, y en su selección han participado las universidades. Estas eligieron también el tipo de parque científico al que querían enviar a los becarios que tenían asignados, pero sin conocer la universidad concreta a la que pertenecían. De modo que la especialidad tecnológica primara sobre el nombre de la institución. Los oteadores contarán con una doble tutorización, en la universidad de acogida y en la valenciana. Y el director general de Coordinación de Infraestructuras Científicas y Tecnológicas, Jaime Gómez, adelantó el interés de la consejería porque los Noemi acaben integrándose en los parques científicos autóctonos una vez que haya terminado las becas. Las universidades subrayan que esa decisión les corresponderá tomarla, en todo caso, a ellas.

La distribución quedó fijada del siguiente modo: La Universitat de València enviará a sus oteadores a los parques científicos de las universidades estadounidenses de Nueva York y Maryland y a las británicas de Cambridge y Warwick. La Politécnica, a las universidades de Boston (Estados Unidos), Oxford y Edimburgo (ambas de Reino Unido) y a la de Twente (Holanda). La de Alicante, a las de Manchester, Glasgow (ambas de Reino Unido), Grenoble (un centro francés especializado en energías, entre ellas la atómica) y Gante (Bélgica). La Jaume I de Castellón, a las de Texas (Estados Unidos) y a las de Cambridge, Manchester y Edimburgo. Y los becarios asignados a la Miguel Hernández de Elche se instalarán en las de California (Estados Unidos), Manchester, Dublín (Irlanda) y Lieja (Bélgica).

El director general Jaime Gómez atribuyó también al programa la tarea de funcionar de "interfaz entre la ciencia y los recursos" económicos. Noemi deberá servir también para dar apoyo a los "emprendedores universitarios", es decir, a aquellos que quieran poner en marcha empresas de base tecnológica, en un modelo similar al programa Ideas, que el consejero Justo Nieto puso en marcha en su etapa de rector de la Universidad Politécnica. Y para buscar, más en general, oportunidades de negocio entre las actividades científicas que se desarrollen en los parques.

La consejería espera que los cinco parques científicos generen en torno a 500 empresas con fuerte peso de la I+D+i una vez que estén a pleno funcionamiento.