Volkswagen trasladará una parte de la producción del modelo Polo de la fábrica de Navarra a Bélgica

El grupo automovilístico alemán Volkswagen va a trasladar, de aquí a finales del verano, una parte de la producción de su modelo Polo desde la fábrica que tiene en Pamplona a otra planta cercana a Bruselas, según indicó ayer un portavoz del grupo. La compañía no ha aclarado si este traslado es temporal -por falta de capacidad en la planta española- o si será definitivo.

Con esta reestructuración, unas 200 unidades de este modelo serán fabricadas diariamente en Bélgica, según el portavoz, que confirmaba ayer una información que la revista alemana Der Spiegel tiene previsto publicar mañana. Volkswagen no ha querido comentar otras afirmaciones que hace ese medio de comunicación, según las cuales esta reestructuración supone una amenaza para miles de empleados de la fábrica navarra. El portavoz no ha excluido la posibilidad de que en un futuro la compañía decida trasladar a Bélgica una parte más importante de la producción de Navarra.

Según Der Spiegel, la decisión del grupo con sede en Wolfsburg (norte de Alemania) se debe a los retrasos en la fabricación que se están constatando en Pamplona, donde desde hace 18 años los sindicatos negocian un nuevo convenio con la dirección de la empresa, sin que se hayan producido de momento grandes avances.

Según la revista alemana, la dirección de Volkswagen podría aprovechar el traslado de producción de España a Bélgica para trasladar de forma paralela la producción del Golf de Bruselas a la fábrica de Wolfsburg.

La compañía quiere aumentar de 28,8 a 35 horas diarias la jornada laboral en sus plantas alemanas, con lo que tendrá capacidad para aumentar la producción.

A comienzos de junio, la dirección de la factoría navarra de Volkswagen anunció que paraliza hasta 2007 todas las inversiones previstas en la planta navarra, de 4.200 empleados, para la fabricación del modelo que debe sustituir al Polo. Debido a la conflictividad laboral, el pasado abril, Volkswagen anunció que reducía en un tercio la producción asignada este año a Pamplona, 224.000 coches.