Confebask plantea que el tipo de Sociedades se sitúe cinco puntos por debajo del estatal
Aboga por reducir el gravamen en el nuevo impuesto al 20% para 'pymes' y al 25% el general
La patronal vasca, Confebask, propuso ayer a las diputaciones forales un modelo de reforma del Impuesto de Sociedades que baje el tipo general del 32,6% al 25%, y el de las pequeñas y medianas empresas (pymes), del 25% al 20%. En el resto de España el tipo está en el 35% y se ha aprobado que baje en dos años al 30%, y el de las pymes, al 25%. Confebask considera "urgente" ese cambio para mantener la competitividad y evitar deslocalizaciones hacia países con menor carga fiscal. También pide que se mantengan los incentivos fiscales para estimular la actividad.
El responsable del área fiscal, de la patronal, José Antonio Marcotegui, defendió la necesidad de reducir la carga fiscal a las empresas hasta el 25% como una manera de incentivar el crecimiento económico. Según dijo, no existe una relación directa entre el tipo del impuesto y la recaudación final, y puso como ejemplo el caso de Irlanda, el país con el tipo más bajo, el 12,5% y uno de los que más tributación ha generado a base de crear nuevas empresas.
Si la reforma del impuesto aprobada para el resto de España ha complicado y limitado los incentivos fiscales, Confebask considera necesario mantener los destinados a la conservación y mejora del medio ambiente, a las tecnologías de la información y la comunicación, y a la investigación, desarrollo tecnológico e innovación.
La propuesta de la patronal en torno a los incentivos fiscales por las inversiones en I+D+i, tiende a equiparar las cuantías aplicadas a las actividades de I+D y a las de innovación, más limitadas. Para Confebask hay que continuar con los incentivos que favorecen la inversión, como la reinversión de beneficios, la deducción por inversión en activos fijos nuevos, la libertad de amortización, la reserva especial para inversiones productivas, y la deducción por inversiones para la implantación de empresas en el extranjero.
El secretario general de Confebask, José Guillermo Zubía indicó que es necesario reformar un impuesto que tiene más de diez años y que responde a una realidad económica que nada tiene que ver con la actual. Entonces, dijo, no se había implantado el euro, ni se había producido la ampliación de la Unión Europea o la eclosión de algunos países asiáticos.
Confebask ha presentado su propuesta tanto al Gobierno central como al vasco y a las tres diputaciones forales, después de un año elaboración. Además de plantear una sustancial reducción del impuesto, plantea "blindar" la normativa para evitar la incertidumbre que sufre desde que, en diciembre de 2004, el Tribunal Supremo anuló la mayor parte de las notas diferenciales del Impuesto de Sociedades vasco respecto al vigente en el resto de España por considerarlas ayuda de Estado en aplicación de la normativa europea. Entre esos aspectos estaba el tipo del 32,5%, por ser 2,5 puntos más bajo que el estatal. A partir de ese momento, la inseguridad sobre le tipo aplicable es total. El Tribunal Superior anuló en octubre pasado las normas forales sustitutivas porque repetían el mismo 32,5% y, en mayo, suspendió cautelarmente las nuevas normas aprobadas en diciembre de 2005 por separarse una sola décima (el 32,6%) del tipo impugnado por el Supremo.
De no romperse la litigiosidad sobre el Impuesto de Sociedades, la aceptación de las propuestas de Confebask por las diputaciones podría dar lugar a nuevas impugnaciones desde las comunidades limítrofes, ya que incluso aumentaría la actual diferencia existente en los tipos.
La patronal recomienda también una revisión profunda de las condiciones de acceso de las pymes a los incentivos, para flexibilizarlas y adaptarlas a sus necesidades reales. En el documento presentado a las administraciones, propone medidas como la exención por reinversión, que considera especialmente atractiva para dinamizar la inversión en estas empresas. También reclama la eliminación de los casos de doble tributación a través del Impuesto de Sociedades y de la renta que se puede producir en algunos casos en las pymes.
Marcotegui se mostró partidario de que la modificación del Impuesto de Sociedades entre plenamente en vigor el próximo ejercicio. En su opinión, la táctica de la Administración central de hacerlo en dos años provocaría una falta de neutralidad del impuesto. Zubía secundó el argumento: "No creemos en plazos ni en etapas, debería ser de aplicación inmediata".
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