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Reportaje:

El 'Discovery' intenta volver a volar

Mañana empieza el plazo fijado para lanzar el transbordador, un año después del fracaso de la última misión

El programa de vuelos tripulados estadounidense afronta una prueba de fuego en los próximos días con el lanzamiento, oficialmente fijado para mañana sábado, del transbordador Discovery. Será el primer vuelo desde que hace un año la misma nave cumplió una accidentada misión que obligó a paralizar de nuevo los lanzamientos, interrumpidos desde la catástrofe del Columbia, en 2003, en la que murieron siete astronautas. El Discovery puede partir entre el 1 y el 19 de julio, aunque ayer, ya iniciada la cuenta atrás, se mantenía la fecha de mañana (a las 21.49, hora peninsular) si bien con sólo un 40% de posibilidades de que se pueda producir el lanzamiento debido a las condiciones meteorológicas previstas, las mismas que para los dos días siguientes.

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Una vez lanzado, su destino es la Estación Espacial Internacional (ISS, en las siglas en inglés) -situada en órbita de la Tierra a 350 kilómetros de altura- a la que llegará dos días después del lanzamiento desde la Base Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral (Florida). La NASA se juega con esta misión la viabilidad de los transbordadores, que deberían volar unas 16 veces más para continuar el montaje de la ISS, antes de ser sustituidos en 2010 por un nuevo sistema de transporte espacial.

Los ingenieros han realizado varias modificaciones en el Discovery para subsanar viejos defectos del sistema que provocaron la catástrofe del Columbia. Ahora el objetivo prioritario de la misión, de casi 12 días de duración, es comprobar que las mejoras hechas son eficaces. Se trata del segundo intento -tras el de julio del año pasado- de la operación Retorno al Espacio de la NASA.

A bordo del Discovery irán siete astronautas, pero regresarán seis, ya que el alemán Thomas Rieter (de la Agencia Europea del Espacio, ESA) se quedará en la ISS con el ruso Pavel Vinogradov y el estadounidense Jeff Williams, que están allí desde el pasado abril. El plan es que Rieter permanezca seis meses en la base orbital, lo que le convertiría en el primer europeo con una larga estancia en la ISS. Con el comandante Steve Lindsey y Mark Kelly a su lado como piloto, partirán en el Discovery otros cinco astronautas.

"Nuestra prioridad es realizar los ensayos que permitan completar el Retorno al Espacio", ha declarado Lindsey. "Esperamos que al final de nuestro vuelo hayamos logrado ensayar los equipos y haber realizado suficientes pruebas de las modificaciones del Retorno al Espacio para poder retomar el montaje de la estación, que es realmente el paso crítico que intentamos dar".

Sin los transbordadores, la ISS depende exclusivamente de las naves rusas, tanto para la carga como para los viajes de los astronautas. Pero debido a su capacidad limitada, no pueden mantener en la estación a más de dos astronautas en las tripulaciones permanentes, que están en órbita unos seis meses. También el montaje de nuevos módulos y equipos está interrumpido desde 2003, por lo que los astronautas se dedican casi exclusivamente al mantenimiento de la base orbital. Y el módulo-laboratorio europeo Columbus, ya construido, está pendiente de que un transbordador de la NASA lo lleve a la ISS, posiblemente el año que viene.

La otra tarea importante de la misión actual del Discovery es llevar suministros a la ISS, incluidos agua y oxígeno para las tripulaciones, piezas de recambio y algunos equipos de experimentos, sobre todo europeos. Para facilitar el transporte, la mayoría de los suministros va en el depósito de carga italiano Leonardo, montado en la bodega del transbordador.

Si se cumplieran todos los objetivos de ensayos y los ingenieros considerasen que los transbordadores han alcanzado un nivel de seguridad aceptable, el siguiente vuelo, del Atlantis, podría realizarse a finales de agosto, informa The New York Times.

Tras la tragedia del Columbia en febrero de 2003 en la que murieron siete astronautas al regresar a la Tierra -debido a los desperfectos sufridos durante el lanzamiento por la nave, que habían pasado inadvertidos durante la misión- la NASA decidió que ninguno de los tres transbordadores restantes volaría de nuevo en tanto no se realizasen modificaciones en el sistema para evitar otro accidente.

El esfuerzo de los ingenieros, la inversión de miles de millones de dólares y los análisis realizados dieron confianza a los responsables de la agencia espacial para realizar un nuevo vuelo en el que probar la eficacia de las medidas tomadas y acabar con la inmovilidad de los transbordadores. Pero la operación Retorno al Espacio se truncó 24 horas después del lanzamiento del Discovery, el 26 de julio del año pasado, cuando se comprobó que también entonces se habían desprendido fragmentos de gomaespuma aislante del depósito principal de combustible, aunque menos que en ocasiones anteriores. El director de la NASA, Michael Griffin, ordenó paralizar de nuevo la flota y mantuvo la orden aunque el transbordador regresó sin problemas.

El <i>Discovery,</i> durante su traslado a la plataforma de lanzamiento.
El Discovery, durante su traslado a la plataforma de lanzamiento.ASSOCIATED PRESS

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