Un grupo de pintores de Castellón sale en defensa de los olivos milenarios
La iniciativa subraya que son un legado para futuras generaciones
La preocupación por el futuro de los olivos como parte del patrimonio, su importancia como legado de la historia y su condición de herencia para generaciones futuras llevó ayer a un grupo de pintores castellonenses a leer un manifiesto en defensa de estos árboles y contra el expolio que sufren. El manifiesto es el primer paso de un camino que empezó ayer y que llevará al colectivo a organizar una exposición temática en otoño.
"Los descomunales troncos de muchos de estos árboles milenarios son un prodigio de fantasía de la escultura del tiempo y su ausencia priva de un museo al aire libre de la naturaleza que no estamos legitimados para sustraer a las generaciones venideras", reza parte del texto con el que este grupo de artistas castellonenses quiso dejar claro que luchará "con todos" sus recursos y capacidades para "evitar" que el paisaje de Castellón sea privado de uno de sus referentes más visibles.
El manifiesto, iniciativa de César Díez Naya, Francisco Puig Vicent, Amat Bellés Roig, Melchor Zapata, Luis Prades Perona, Traver Calzada y José Biot, recibió ayer mismo diversas adhesiones. La intención del colectivo de artistas plásticos de Castellón, de hecho, es buscar tantos respaldos como sea posible a favor de lo que consideran parte del patrimonio de Castellón. Con este manifiesto, los artistas castellonenses muestran su intención de llegar a la conciencia ciudadana y de trasladarle su percepción sobre estos árboles, que consideran un "regalo de la naturaleza". Los pintores calificaron de "delito medioambiental irremediable" el expolio al que están sometidos estos árboles y lamentaron que sean, además, objeto de especulación. Por todo ello, insistieron en hacer suya la Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana, aprobada el pasado 25 de mayo por las Cortes Valencianas.
Con esta iniciativa, los artistas castellonenses se suman a las voces que reclaman una protección real y efectiva de estos árboles. Así, el lunes de esta semana la Unió de Llauradors i Ramaders-COAG exigió a través de un comunicado la puesta en marcha real de la ley de protección de los árboles monumentales. Puesta en marcha de los organismos previstos y del presupuesto necesario para evitar que ante la situación de desconcierto siga produciéndose el expolio de los árboles centenarios.
La denuncia se hacía eco, en parte, del intento de expolio que sufrieron cuatro olivos centenario de la población castellonense de Canet Lo Roig. El intento se frenó tras la denuncia realizada desde el departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia y en estos momentos se encuentra a la espera de un informe sobre la edad de los árboles. La ley recientemente aprobada contempla tres casos de protección automática para los árboles monumentales: que tengan más de 350 años, que superen los seis metros de diámetro de copa o que su altura alcance los 30 metros.
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