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Reportaje:

"Me siento desprotegida"

La mujer que perdió la custodia de su hija por una confusión sigue sin poder verla

Rosario F., una limpiadora de 35 años residente en Sevilla, hace dos meses que no ve a su segunda hija. Su relación con esta niña, que ahora tiene 12 años, se ha visto marcada por el infortunio. Primero perdió la custodia porque el juzgado recibió un informe del Servicio Andaluz de Salud (SAS) erróneo: la confundieron con una enferma mental que tenía su mismo nombre. Cuando se subsanó este error, la niña pidió irse a vivir con su padre en Fuengirola (Málaga) y se estableció un régimen de visitas. Sin embargo, éste tampoco se ha podido cumplir por la saturación del Punto de Encuentro de Sevilla.

La mujer ya no quiere acordarse de su desencuentro con el SAS. "Ya está olvidado. En aquellos días vi que tenía todo perdido. Fue mi médico de cabecera el que me animó y me dijo que yo no era la paciente que aparecía en el papel", recuerda. Sin embargo, sí dice sentirse "desprotegida". "A mí, las administraciones no me están tratando bien", añade.

Rosario, por encima de todo, culpa de la situación al progenitor de la niña, Javier M. "El padre me quiere enterrar en vida y lo está consiguiendo", afirma. "No es posible en este momento dar entrada a nuevos casos. Queda pendiente el inicio de su atención". Este escrito de los responsables del Punto de Encuentro de Sevilla ha sido el último episodio de la difícil relación de Rosario con su segunda hija.

Lo lógico sería que el encuentro se realizara en Málaga, para que la menor no tuviera que desplazarse a Sevilla", opinó ayer la consejera de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, Micaela Navarro.

Pero, al hablar sobre sus recursos, la mujer contradice a su propio abogado. Éste, Daniel Nevado, asegura que la madre gana alrededor de 300 euros limpiando oficinas y tiene un hijo de pocos años al que debe cuidar. Sin embargo, la propia mujer explicó que no es así: "En mi casa no hay problemas económicos, tengo una pensión de viudedad de 580 euros, una nómina de 400 y una ayuda del padre del niño de 300 euros".

No obstante, si Rosario señala un culpable, ése es Javier M., a quien ha acusado de maltratarla. Dice que ésta fue la causa de que se fuera en 1996 a casa de sus padres con la niña. En 2003, la pareja volvió a encontrarse. "Apareció y me pidió la guarda y custodia. En febrero del año pasado me la quitó un fin de semana y presentó una denuncia, ya archivada, alegando que yo maltrataba a mi niña", explica la mujer. Posteriormente se produjo el cruce de errores y el acuerdo final de separación.

El padre de la niña advirtió ayer de que su abogado "tomará las medidas oportunas", en especial tras la aparición en televisión de una fotografía de su hija, que se encuentra, según él, "bastante afectada" por la repercusión mediática del caso. El hombre dijo que, si fuera verdad que hubiera maltratado a la madre, como ésta afirma, "sería raro" que disfrutara de la custodia de la menor, que cursa primero de bachillerato en un centro educativo de Fuengirola (Málaga). El padre niega estar incumpliendo el régimen de visitas y sostiene que es la hija la que "no quiere ver a la madre y ella no lo acepta".

"Los cinco dedos de la mano me sobran para contar las veces que he podido hablar por teléfono con mi hija. La llamo una o dos veces por semana, y o no está o no puede ponerse, o me dice que no quiere verme ni hablar conmigo", asegura la mujer.

Rosario Fernández mostraba ayer una foto de su hija en su casa de Sevilla.
Rosario Fernández mostraba ayer una foto de su hija en su casa de Sevilla.PÉREZ CABO

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