La plataforma por la memoria exige restituir las lápidas del cementerio

Diversos miembros de la Iniciativa Civil por la Recuperación de la Memoria, creada a raíz de las polémicas actuaciones del Ayuntamiento de Valencia en el recinto fúnebre general de la ciudad, pidieron ayer la restitución de las lápidas que desaparecieron en la zona que ocupaba antiguamente el cementerio civil. Las losas tienen, según un informe del Consell Valencia de Cultura (CVC), un "gran valor histórico".

"Incluso el franquismo concedió libertad de expresión a los muertos permitiendo la conservación del Cementerio Civil". Así de crítica se mostró ayer la escritora y miembro de la Iniciativa Civil por la Recuperación de la Memoria, Fanny Rubio, en referencia a las lápidas que fueron "allanadas" y "arrasadas" en el antiguo recinto fúnebre -que administrativamente pertenece al Cementerio General de Valencia-. Rubio, cuya abuela está sepultada en esta zona, precisó que entre finales de 2002 y principios de 2003 y "bajo el gobierno municipal del PP" desaparecieron de allí 100 monumentos funerarios, que según el CVC tenían gran valor "histórico y literario". La escritora dijo que el Cementerio Civil, además de ser poseedor de una gran riqueza patrimonial, constituía "una isla de libertad y representaba el libre pensamiento", pues allí yacen los cuerpos de diversos "disidentes ideológicos y religiosos".

Precisamente, el acto celebrado ayer, en el que también comparecieron el catedrático de literatura de la Universidad de Valencia, Joan Oleza, el portavoz de la logia Blasco Ibáñez, Juan Antonio Sánchez, y el concejal socialista, Matías Alonso -todos miembros de la plataforma-, se convocó debido a la recuperación de la parte de una de las lápidas desaparecidas. Se trata de unas manos haciendo el símbolo del feminismo esculpidas en memoria de Carmen Caudet Marco, quien perteneció al grupo Lidia Falcón, que luchaba por los derechos de las mujeres. Según el padre de su hija, Rafael Torres, "Carmen era una auténtica guerrillera".

Por su parte, Alonso recordó que la organización nació tras la controversia que despertaron las obras de construcción de un millar de nichos encima de una fosa de represaliados, que finalmente fueron paralizadas, en otra parcela del cementerio. El concejal socialista y miembro de la Fundació Societat i Progrés quiso subrayar que el descubrimiento "desmentía las palabras de la alcaldesa de Valencia", Rita Barberá. La primer edil aseguró hace una semanas que desde que ella gobernaba no se había tocado nada en esa parte del recinto fúnebre.

Además del retorno de los elementos retirados y la creación de un "jardín de las ideas", los presentes reclamaron la realización de un acto en memoria de todos los que allí están enterrados y Oleza anunció que un equipo del departamento de Historia Contemporánea de la Universitat de València realizará un estudio sobre lo sucedido en esa parcela a partir de la posguerra. Rubio advirtió que los hechos podrían vulnerar el artículo 526 del Código Penal. Pese a que dicho artículo prevé la prisión para aquel que "faltando al respeto debido a la memoria de los muertos, violare los sepulcros o sepulturas, profanare un cadáver o sus cenizas", la legislación sanitaria permite que un espacio anteriormente ocupado por sepulturas pueda volver a utilizarse al cabo de 5 años.