Plante de exhibidores ante Disney

Los exhibidores de cine en España han declarado la guerra a los grandes estudios de Hollywood. Lo han hecho por vez primera y han elegido como enemigo a Buenavista, la potente distribuidora de Disney, empresa de los más importantes títulos de animación. Lo contó ayer el periódico económico Cinco Días. Hartos de lo que consideran "prácticas abusivas" de las majors estadounidenses, cuatro empresas de exhibición de cinematografía en España -Cinesa, Ábaco, Yelmo y Cinebox, que agrupan a 1.197 salas- se han negado a estrenar hoy Scary Movie 4, de David Zucker, una de las apuestas de la distribuidora de Disney para este verano. Buenavista anunció ayer que la película se estrenará en 400 pantallas, "el mismo número que estaba previsto", según la distribuidora. Los exhibidores contestatarios, sin embargo, calculan que el número de copias que ellos hubiesen proyectado en sus salas es de 150. Además, el estreno de otros dos títulos del mismo grupo, Cars y Piratas del Caribe II, también está en peligro en los cines de las citadas cuatro empresas exhibidoras en caso de que no se llegue antes a un acuerdo. Los cuatro grupos rebeldes de exhibición que se han negado a aceptar las condiciones económicas impuestas por Buenavista representan al 30% del parque de salas en España y su cuota de mercado es del 45%.

Las negociaciones entre los empresarios y la distribuidora de Disney para rebajar los costes por película están bloqueadas. "Las elevadas cuotas que exigen las majors, el importante descenso en el número de espectadores, el coste de las inversiones en remodelación de salas y el cierre de algunas de ellas es lo que nos ha llevado a adoptar esta medida", asegura Ramón Sierra, director general de Cinebox.

"Son muchos años soportando las presiones de las distribuidoras, exigiéndonos cada vez más, y ha llegado el momento de plantarles cara. Queremos exhibir su película, pero no al precio que ahora estamos pagando", apostilla un directivo de Yelmo. "Deseamos seguir trabajando con Buenavista, pero no con los costes que tenemos ahora. Nuestro objetivo es seguir negociando y acercarnos a los porcentajes que se pagan en otros países de Europa", señaló ayer Ana Ramírez, portavoz del grupo Ábaco.

Para poder proyectar Scary Movie 4 en una pantalla española, el exhibidor tiene que pagar a la distribuidora la primera semana el 60% de la taquilla; la segunda, el 55%, y si llega a la tercera, el 50%. Las condiciones de pago de las películas se pactan por bloques de películas o por películas de forma individual, dependiendo del éxito de taquilla que se haya previsto. Los cálculos realizados por estas empresas indican que el coste medio de un título de esas características es del 54% de la recaudación. Una cifra, según los exhibidores, bastante lejana a la que se paga en otros países de la Unión Europea, que ronda el 45%. "Sabemos que no vamos a llegar a esa cifra, aunque nos gustaría, pero el porcentaje por el que nosotros apostamos es el 47,5%", apuntó Ramón Sierra.

La distribuidora de Disney, que no ha respondido a los empresarios, contraatacó ayer con la creación de una página web -www.dondeverla.com- para que los espectadores sepan en qué cines de España se proyecta Scary Movie 4 y acceder a la página oficial del título. "Sólo en los mejores cines, no en todos", se dice en la web, en la que se anuncia el sorteo de 50 iPods Nano entre los espectadores. La película, que tiene una duración de 88 minutos, está dirigida por David Zucker, realizador y guionista de la franquicia Agárralo como puedas y de la primera, Aterriza como puedas. Con Scary Movie 4, Zucker vuelve a tomar las riendas de esta saga, de la que ya dirigió su tercera parte. En la cuarta entrega se parodian algunos éxitos del cine reciente como La guerra de los mundos, La maldición, Million dollar baby o Brokeback Mountain. Anna Faris encarna de nuevo a Cindy Campbell y se convierte ahora en asistente sanitaria de una anciana que vive en una casa embrujada. Leslie Nielsen y Carmen Electra también participan en esta última entrega en la que Tom Cruise y George W. Bush también son objeto de burla.

La drástica medida adoptada por los exhibidores está basada en una resolución del 10 de mayo del Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) en la que se acusa a las majors de concertar políticas comerciales y repartirse el mercado de distribución cinematográfica, por lo que les condena al pago de 12 millones de euros. El TDC afirma en la sentencia que las distribuidoras de cine The Walt Disney Company-Iberia-Buenavista Internacional Spain; Sony Pictures Releasing de España, SA; Hispano Foxfilm, SAE; United Internacional Pictures, SL, y Warner Sogefilms, AIE, han estado concertando sus políticas comerciales infringiendo el artículo 1 de la Ley de Defensa de la Competencia.

A raíz de esta sentencia, los exhibidores comenzaron a negociar con las majors. "Hasta el momento, las conversaciones van encaminadas con todas, excepto con Buenavista", aseguró ayer Ramón Sierra. "Si los distribuidores independientes son capaces de tener precios más bajos, no entendemos por qué las grandes distribuidoras no pueden rebajar los precios y tratar de llegar a un acuerdo con nosotros".