Tropas afganas y de EE UU matan a 37 talibanes
La insurgencia en Afganistán no para de crecer y hostiga cada vez de forma más ostentosa a las tropas estadounidenses y a las de la OTAN, que tratan en estos días de hacerse con el control del sur del país, hasta ahora bajo el dominio militar de EE UU. En la ofensiva lanzada desde el aire por el Pentágono, con la participación terrestre del Ejército afgano, durante el domingo y el lunes en las provincias de Oruzgan y Kandahar, han muerto al menos 37 militantes del antiguo régimen talibán. Además, en la de Helmand resultó muerto un soldado británico y dos heridos.
Según declaró el general Rahmatulá Raufi, responsable de las tropas afganas en el sur, en 48 horas se desarrollaron tres operaciones de las fuerzas afganas dirigidas por EE UU, con participación de otras tropas de la coalición internacional, en las provincias de Oruzgan, Kandahar y Helmand. Ésta es la zona más peligrosa del país, no sólo por la presencia de talibanes, sino también por los ejércitos privados de los traficantes de opio, cuyo comercio supone casi 3.000 millones de euros anuales.
Entre los rebeldes fallecidos podría encontrarse, según Raufi, el mulá Amanulá, cuñado del mulá Omar, máximo dirigente talibán, en paradero desconocido desde la invasión norteamericana, a finales de 2001.
Raufi indicó que en uno de los ataques, lanzado en la noche del domingo sobre el pueblo de Siachewk, en Oruzgan, murieron 14 talibanes, entre ellos supuestamente el mulá Amanulá. Otros seis rebeldes fueron arrestados.
Fuerzas de la coalición
Raufi explicó que ayer perdieron la vida otros 12 supuestos talibanes cerca de la localidad de Pangwaye, en la provincia de Kandahar. Esta operación conjunta de militares afganos y fuerzas de la coalición liderada por EE UU contó con el apoyo de policías afganos. La operación tuvo como blanco una fábrica de pasas que servía de refugio a supuestos insurgentes.
Finalmente, en Helmand, donde están estacionados los militares británicos, una operación lanzada el domingo por la tarde por las fuerzas de la coalición causó la muerte de "unos 10 talibanes", de acuerdo con el general Raufi. En los fieros combates sostenidos resultó también muerto un soldado británico y heridos otros dos de la misma nacionalidad.
En lo que va de año, la violencia se ha cobrado en Afganistán la vida de más de mil personas, la mitad de ellas en el último mes y medio una vez que el deshielo propició el avance de los rebeldes.
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