Rubalcaba defiende en Sant Feliu que el Estatuto "es cosa de socialistas y no de nacionalistas"

Con algunas encuestas sobre la mesa que otorgan a Convergència i Unió (CiU) el papel más relevante en la confección del nuevo Estatuto, los socialistas no están dispuestos a renunciar a su cuota de protagonismo. Ayer, éste lo reivindicó el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de nuevo en campaña por Cataluña, que defendió que el Estatuto catalán está hecho para "resolver problemas a la gente" y que, como tal, "es cosa de socialistas y no de nacionalistas".

En el seno del Partit dels Socialistes (PSC) respiraban ayer aires de renovado optimismo por el buen resultado que les dio el debate televisado del domingo, en el que las fuerzas que defienden el sí lograron arrinconar al PP y a Esquerra. Los socialistas, sin embargo, tuvieron que alinearse con CiU para conseguirlo y, ante las suspicacias que ello levantó, ayer se pudieron escuchar mensajes que buscaban mantener un espacio propio. Como el que dio Pérez Rubalcaba por la noche durante una cena mitin que compartió en Sant Feliu de Llobregat con los dirigentes del PSC Manuela de Madre y José Zaragoza. Pasqual Maragall, también convocado, no pudo asistir por encontrarse indispuesto desde el mediodía.

Pérez Rubalcaba mantuvo su papel de ariete contra el PP, pero también tuvo pullas para CiU mientras trataba de defenderse de las frecuentes acusaciones que soporta el PSOE en el sentido de haber centrado esta legislatura en asuntos aparentemente de carácter simbólico como los estatutos.

El ministro defendió el Estatuto punto por punto en la misma línea que lo hizo el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en una entrevista matutina en la cadena SER, en la que afirmó que la única ilusión que le mueve es que "el domingo haya un resultado pasmoso".

En un día en que la actualidad en torno al Estatuto tuvo un claro componente económico, Maragall defendió el modelo de financiación que forma parte del texto al tiempo que criticaba el concierto vasco que defiende Esquerra Republicana por considerarlo "insolidario" y escasamente "progresista". Así, dejaba claro que la fórmula del concierto no es la suya. "Ellos son una cosa y nosotros otra", dijo.

En la misma entrevista, Maragall volvió a resistirse a hablar de su futuro político. También éste fue un asunto tabú en la ejecutiva socialista celebrada por la mañana, en la que se decidió no hablar de ello ni siquiera el lunes, cuando la dirección del PSC volverá a reunirse, pero sólo para hablar del resultado del referédum.

En el PSC, sin embargo, crece cada día más la tesis de que difícilmente se podrá apear de la primera línea política a Pasqual Maragall si éste no accede formalmente a ello. Ante esta complicada situación, algunos dirigentes socialistas apuestan por configurar un tándem electoral encabezado por Maragall, pero con el primer secretario del partido, José Montilla, como número dos. Y no sólo para controlar mejor lo que ocurra en el Palau de la Generalitat, sino también para preparar un posible relevo futuro de Maragall en el mismo sentido que ya hizo éste en su etapa como alcalde con Joan Clos.