El devorador de 'oro rojo'
Japón consume la mitad del atún rojo que se pesca en el mundo y es el mayor productor e importador 'per cápita'
El voraz apetito de pescado desatado en el mundo, del que una parte esencial es la enorme demanda de Japón, ha llevado a un aumento mundial e indiscriminado de capturas y a suponer una amenaza para la supervivencia de varias especies.
Una de ellas es el atún, del que el más codiciado es el rojo (Thunnus thynnus), conocido como bluefin tuna internacionalmente. Uno de los peces más grandes del mar, que suele vivir 30 años, de tres metros de largo y que pesa 700 kilos de media, aunque puede llegar a una tonelada, con un elevado contenido en ácidos grasos poliinsaturados y que se puede capturar desde el sur del océano Índico hasta el Atlántico norte.
Ello hace que su carne, cuanto más roja y con más ácidos grasos, sea muy saludable e idónea para comerla cruda, como en los platos de sushi y sahimi, tradicionales de la cocina nipona. La ventresca del atún rojo, llamada toro en japonés, es su parte más apreciada y cotizada.
Japón es, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el mayor productor, importador y consumidor per cápita en el mundo de atún, ya sea fresco o congelado, incluido el rojo, del que es además el mayor mercado mundial, en cuya lonja de Tokio un solo ejemplar de atún gigante ha llegado a pagarse en subasta a 180.000 dólares en enero de 2001, lo que no extraña que a esta variedad de atún se la denomine oro rojo.
Del total de 1,2 millones de toneladas métricas de capturas de atún rojo en el mundo en 2003, los japoneses consumieron 600.000 toneladas, revelan datos de la FAO, y de ellas la variedad del Thunnus thynnus es, para el pueblo nipón, el rey de los pescados, el más preciado por su textura y su alto contenido graso.
El Foro Mundial para la Naturaleza (WWF, en sus siglas en inglés) ya denunció en 2003 que las importaciones japonesas de atún rojo se habían incrementado un 21 % en los tres años anteriores.
Aunque una porción de varias especies de atún procede de las aguas costeras niponas, la mayor proporción es suministrada a partes casi iguales por barcos frigoríficos japoneses atracados en caladeros distantes de aguas internacionales y por importaciones directas.
Los buques nipones aportaron para el consumo interno de enero a septiembre de 2005 un total de 326.014 toneladas métricas de atún, de las que 4.012 correspondieron a atún rojo fresco, y 630, al congelado, mientras que las importaciones de atún fresco y congelado fueron de 290.755 toneladas métricas (excluidos los lomos y filetes, que sumaron 21.378 toneladas métricas, de las que el 50% fue de atún rojo), por valor de 1.490 millones de dólares, revelan datos de la FAO.
Pese a que la cantidad del túnido ultracongelado suministrado por avión a Japón llegó a 37.833 toneladas métricas, el nivel más bajo del mismo periodo de los últimos tres años (y por un valor de 351.330 millones de dólares) aumentó la proporción que contabilizó el atún rojo, cuyas importaciones crecen cada año "debido a los mayores suministros de pescado de piscifactorias de México y otros países, como España, Croacia, Malta y Turquía", según la organización.
España ocupa el séptimo lugar (tras Indonesia, Australia, México, Sri Lanka, Taiwán y Tailandia) en la lista de los países de los que Japón compra atún fresco y congelado con 1.296 toneladas métricas de enero a septiembre de 2005, indican cifras de la FAO.
El aumento de los precios del crudo influye negativamente en las operaciones de pesca de atún en todo el mundo, según la organización, que asevera que, aunque la demanda actual es fuerte, en los primeros tres meses de este año cayeron las importaciones de atún fresco en Japón en que sólo se importaron 11.400 toneladas métricas, 4.000 menos que los mismos tres meses de 2005.
Ese descenso, que hizo escalar los precios, está consonancia con las menores capturas de atún en el mundo. En la época de calor que acaba de dar comienzo es habitual un descenso del consumo de pescado crudo en Japón, donde las perspectivas para el resto del año se mantienen positivas.
Se espera que el crecimiento económico que experimenta el país origine una mayor demanda de atún para su mercado, el más exigente del mundo, pero como la mejora de la economía se está produciendo de forma gradual, el aumento de la demanda será también lento.
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