Para desenganchar
El ensayo del Pepsa empezó en agosto de 2003 y acabó en noviembre de 2004. Los pacientes que lo completaron siguen en tratamiento, pero ya no cuentan con el apoyo de psicólogos o trabajadores sociales. "Nos han dejado tirados", se queja alguno. No obstante, los responsables del programa siguen en permanente contacto con ellos. "A veces hasta podemos pecar de paternalismo", advierte Joan Carles March, el investigador principal del Pepsa. "Les da miedo el salto al vacío y nosotros queremos facilitarles un salto con red".
Aunque el ensayo acabó, sus responsables no paran de buscar formas para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Uno los proyectos que esperan con más ganas los enfermos es la posibilidad de que les suministren la heroína por vía oral, en pastillas. Los responsables del plan andaluz han creado una comisión de trabajo con los artífices del programa canadiense para estudiar esta opción. "Para ellos pincharse es parte de la adicción. Necesitan sentir la sensación de inyectarse, también están enganchados a eso. Si consiguen arrancarse la jeringuilla habrán dado un paso muy importante". La idea es también valorar el suministro de heroína en pastillas para toxicómanos, que la fuman o la inhalan, que son mayoría.
Estos días han empezado, además, a buscar otros heroinómanos a los que les pudiera beneficiar un programa similar. La idea no es poner de nuevo en marcha el ensayo, sino plantear la posibilidad de que determinados toxicómanos puedan acceder al tratamiento compasivo con el visto bueno de su médico y de la autoridad sanitaria. En el proceso de reclutamiento les ayudan los pacientes que terminaron el primer ensayo. Una de sus misiones es buscar a los 37 que empezaron el programa con ellos, pero se quedaron en el camino.
El Pepsa aprovechará esta búsqueda para hacer un estudio comparado entre los que completaron el programa de heroína, los que siguieron el ensayo sólo con metadona y los que se salieron a la mitad. "Queremos ver cómo va cada grupo", explica March. Un estudio indica que los que completaron el programa de heroína dan muestras de haber mejorado más. Sobre las conductas delictivas de unos y otros, se sabe que durante el programa sólo hubo dos detenidos por robo o hurto entre los tratados con heroína. La cifra ascendió a nueve para los de metadona.
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