Sede del euro por un día

Una vez cada seis meses, el Banco Central Europeo (BCE) deja por un día su sede en Francfort, situada en el moderno rascacielos Eurotower, para reunir al Consejo de Gobierno -organismo que decide la política monetaria de la zona euro- en otro país europeo. Y ayer le tocaba a Madrid. El histórico edificio del Banco de España, en la plaza de Cibeles, vivió un trasiego poco habitual con la llegada de medio centenar de visitantes y unos 140 periodistas a un encuentro que se empezó a organizar hace tres meses y que ha servido para poner a prueba una nueva ampliación de la sede madrileña.

Responsables de protocolo, de asuntos europeos, conservación, comunicación, informática... Alrededor de 100 empleados del Banco de España han trabajado las últimas semanas para tener todo listo para una reunión celebrada entre fuertes medidas de seguridad y que pasará a la historia como el primer encuentro realizado fuera de Francfort en el que el BCE decide mover los tipos de interés.

Los asistentes: los 12 gobernadores de los bancos centrales de la zona euro (incluido el español, Jaime Caruana); los seis miembros que componen la Comisión Ejecutiva del BCE, incluidos el presidente de la institución, el francés Jean-Claude Trichet, el vicepresidente, el griego Lucas Papademos, y el español José Manuel González Páramo. Hay que contar con otros tantos cargos que les acompañaban y con el personal de Francfort que también se trasladó con Trichet (entre 20 y 30 empleados).

Mientras, en la sala de prensa de Cibeles esperaban ayer unos 140 periodistas acreditados de 90 medios distintos, españoles y extranjeros. Hay que tener en cuenta que cada cambio de lugar de la reunión conlleva el traslado de los periodistas que están permanentemente acreditados en Francfort para seguir el día a día del BCE. Además, un equipo técnico de la institución que se encarga de emitir las imágenes y sonido de todas las conferencias de prensa posteriores a las reuniones -y tanto o más importantes que estas últimas- también viajó en furgoneta desde la ciudad alemana.

Segunda reunión desde 2000

No es la primera vez que España hace de país anfitrión. Desde hace seis años, el BCE celebra una vez cada semestre una reunión fuera de su sede en Francfort, y precisamente fue en Madrid en marzo de 2000 cuando comenzó esa costumbre. Si esta vez la visita ha servido para despedir a Caruana, aquélla sirvió para despedir a su antecesor, Luis Ángel Rojo.

La lista de exigencias que por norma envía Francfort al banco que cede su sede para estas ocasiones es larga. Despachos, ordenadores, teléfonos, hoteles -cercanos a Cibeles, como el Palace y el Ritz-, traslados... todo responde a una serie de criterios recogidos en un manual para organizar reuniones que se impone desde el BCE. El idioma oficial: el inglés. Esas exigencias fueron tenidas en cuenta por el Banco de España en la distribución y equipamientos de las dependencias inauguradas hace un mes en la esquina de la calle de Alcalá, al lado del edificio antiguo.

En este tipo de encuentros del BCE, los gastos se reparten. Los preparativos corren a cargo del anfitrión, pero los gastos propios de cada delegación -avión, alojamiento, dietas- van por cuenta de los invitados. También se organizó una cena el miércoles por la noche a la que asistió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Anoche hubo otra cena con los Príncipes de Asturias, esta vez con motivo de la Conferencia sobre los bancos centrales en el siglo XXI, que hoy se clausura y está organizada en el marco del 150º aniversario del Banco de España.

La próxima cita del BCE fuera de Francfort está prevista para el 5 de octubre. En París.