Objetivo, cerrar la Gloria
Las obras de la Sagrada Familia, que el domingo celebra jornada de puertas abiertas, se concentran en acabar la cubierta y cerrar la fachada principal
La base de la torre del evangelista Mateo se asoma a 60 metros de altura por encima de la cubierta del crucero de la Sagrada Familia. Llegará a una altura de 75 metros, lo justo para que pueda cerrarse el ábside, que tendrá esta altura, a finales de 2008, fecha en la que se prevé haber cubierto por completo la iglesia, que seguramente se abrirá al culto. Después, en una fecha aún por determinar, pero no muy lejana, esta torre, como las de los otros tres evangelistas que la acompañan y que rodearán el cimborrio de Jesucristo (170 metros), seguirá subiendo hasta alcanzar los 120 metros previstos.
Un grupo de turistas que ha subido las empinadas escaleras de las torres laterales de la fachada del Nacimiento, la original de Gaudí, observa como el grupo de periodistas que ha acudido a ver el estado de las obras sortea el vértigo sobre la cubierta de la impresionante nave central. En cambio, los obreros (ahora son unos 150) se pasean como si tal cosa por estas alturas, desde las que se divisan los cuatro puntos cardinales de la ciudad, y el arquitecto Josep Faulí, segundo de Josep Bonet, que ayer se encontraba de viaje, explica cómo será este nuevo perfil de Barcelona.
El próximo domingo se celebra la tradicional colecta, antiguamente el medio que servía para recaudar fondos para seguir la obra, pero desde hace ya más de una década la excusa para celebrar una jornada de puertas abiertas (de 9.00 a 19.00 horas) que permite a los ciudadanos ir siguiendo la espectacular evolución de las obras sin tener que pasar por taquilla. Los que sí pasan son los turistas -2.449.810 visitantes en 2006, el 6,4% más que en 2005-, cuyas entradas supusieron un ingreso de 17,6 millones de euros en las arcas del patronato de la obra, cantidad a la que hay que sumar los 4,4 millones que recaudan las tiendas y 1,2 millones por otros conceptos, incluidos los donativos. Las obras en 2006 tenían un presupuesto de 16,6 millones de euros, por lo que la diferencia -más de seis millones de euros- "sirve para ahorrar", según indicó ayer Joan Rigol, presidente del patronato de la Sagrada Familia.
Ante la magnitud de estas cifras y la rapidez en la construcción de las obras, hace ya muchos años que dejó de tener cualquier tipo de sentido el debate sobre la continuidad del sueño de Gaudí. Sólo hay lugar para el asombro que causa el resultado. Este año se han retirado ya los andamios que cubrían la parte posterior de la nave central y puede apreciarse incluso el cerramiento de la fachada de la Gloria, la principal, en cuya parte interior se ha construido ya el interior del jubé -galería sobre el interior y el exterior de la iglesia- en el que está previsto colocar en breve una escultura en bronce de Sant Jordi que está ultimando Josep Maria Subirachs. Por encima del jubé también se ha acabado la continuación de la cantoría, que tiene forma de u, así como la parte interior de las torres de la fachada a las que se accede por sendas escaleras de caracol, bellísimas, que en su parte inferior están soportadas por una plancha de acero moldeada.
Aunque también en un estado de obras bastante avanzado, la zona del amplio crucero y la del ábside resultan más difíciles de ver porque los andamios ahora se concentran en esta zona. Estos dos años se realizará la unión de las cubiertas, que tienen distintas alturas, por lo que será especialmente compleja. También se cerrará la parte posterior que une las naves con la pared de la fachada de la Gloria, que en 2008 estará totalmente cerrada si se cumplen los objetivos.
Para más adelante, indicó Rigol, queda la cuestión de construir la fachada exterior y la gran escalinata que debe sobrepasar la calle de Mallorca y desembocar en lo que hoy es una finca de viviendas construida, con licencia municipal, sobre zona catalogada como verde. Según señaló ayer Rigol, por ley estaría permitido que esta construcción permaneciera en pie unos 20 años más. Será lo último, indica, "porque hay que dejar algo para la próxima generación", aunque los vecinos ya saben desde hace años que los suyos son unos pisos que sus hijos no van a poder heredar.
Alegaciones al AVE
Joan Rigol, presidente delegado de la Sagrada Familia, explicó ayer que antes del 15 de junio los abogados contratados por la junta constructora presentarán las alegaciones al trazado del AVE por la calle de Mallorca, delante de la fachada de la Gloria, tal como prevé el proyecto aprobado.
"Nuestra posición siempre ha sido primero la de defender el monumento y, después, intentar que nuestra capacidad de convencer no perjudique a otros vecinos", indicó Rigol, que afirmó que no explicará el contenido de las alegaciones hasta que éstas se hayan presentado a la Administración. "Aunque nosotros nos enteramos del trazado por la prensa, pensamos que es una cuestión de respeto no hacer lo mismo", afirmó, aunque sí anunció las líneas generales de estas alegaciones, que se centrán en los estudios geológicos de la zona, la especificidad constructiva de la Sagrada Familia y "cuestiones de tipo procedimental administrativo". Rigol indicó que este trazado del AVE "influye en la estabilidad del templo", aunque éste se construye para que pueda soportar seísmos de fuerza 7.
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