Críticas a la sanidad por las pocas plazas para trastornos alimentarios
La red hospitalaria privada dispone del 60% de las camas
La Asociación contra la Anorexia y la Bulimia denunció ayer la pasividad de las administraciones en el tratamiento de los trastornos de conducta alimentaria, que ya afectan al 6% de la población. Esta entidad indica que el número de plazas en los hospitales públicos, reservadas para los pacientes más graves, se reduce, hecho que obliga a los pacientes a acudir a la red privada.
Los recursos en la sanidad pública para tratar a los afectados por trastornos de la conducta alimentaria disminuyen, denunció ayer Ramon Guardia, vicepresidente de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia. Los números hablan por sí mismos, y alertan de la consolidación de la sanidad privada en el tratamiento de estas enfermedades. En la red privada, el coste de la hospitalización oscila entre 1.100 y 3.900 euros, hecho que consagra estos tratamientos como un privilegio reservado únicamente para la población con más poder adquisitivo.
Este informe indica que en Cataluña hay 508 plazas para atender los casos más graves en los hospitales. Pero, de todos ellos, únicamente el 38% está en la red de utilización pública. Y el número de plazas de ingreso hospitalario en la red pública también disminuye, y en los últimos años han pasado de 39 a 35. Estas plazas, agrega el informe, se ven reducidas en las épocas del año con más presión asistencial.
Incremento de casos
Esta disminución en el número de plazas coincide con un incremento de los casos de anorexia y bulimia en Cataluña. Concretamente, han subido el 3% durante los últimos siete años, y hoy afectan a 117.000 mujeres y 1.100 hombres. Asimismo, también se incrementan los casos más graves: pacientes que, además de tener un trastorno alimentario, consumen drogas o padecen otras patologías psiquiátricas.
Y los recortes no acaban aquí. El estudio expone casos concretos. Por ejemplo, en el hospital de Bellvitge, por "razones técnicas", han recortado el horario de atención a los pacientes con trastornos alimentarios. Antes el servicio finalizaba a las cinco de la tarde, y ahora concluye a las tres.
El informe denuncia que en Cataluña hay sólo nueve unidades especializadas en tratar los trastornos alimentarios en la red pública. Incluso hay cuatro hospitales públicos y concertados que tratan a anoréxicos y bulímicos, pero que no disponen de ninguna unidad especializada en estos trastornos. Precisamente, la falta de especialistas en la sanidad pública es uno de los factores que, a juicio de los autores del informe, contribuyen a que los trastornos alimentarios se conviertan en enfermedades crónicas.
La anorexia y la bulimia son los principales casos de trastornos de la conducta alimentaria, pero no los únicos. Patologías como la obesidad mórbida, la ortorexia (obsesión por la comida sana) o la vigorexia (obsesión por muscularse) ya son la mitad de los casos. Estas patologías, explicó Guardia, pueden ser "igual de peligrosas" que la anorexia o la bulimia.
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