El sida sigue ganando la batalla
La ONU fracasa en el cumplimiento de sus grandes objetivos para frenar la expansión del VIH
"El sida está ganando la batalla". Con esta frase, pronunciada por el director del programa de la ONU contra la enfermedad, Onusida, comienza hoy en Nueva York una Asamblea especial dedicada monográficamente a la epidemia. El último informe muestra que en 2005 no se ha cumplido ninguno de los objetivos establecidos hace cinco años.
La cifra total de afectados continúa estancada desde 2004 alrededor de los 40 millones (38,6 según los últimos cálculos). Este número se debe a tres factores. Por un lado, algunos países -muy pocos, como Uganda o Tailandia- han conseguido frenar la epidemia. Por otro, en el continente más castigado, África, el virus ha saturado ya a los países más afectados y la enfermedad no crece porque ya ha alcanzado su máximo (tasas de más del 30% de los adultos infectados en Lesotho, Botsuana, Malaui o Suazilandia). Por último, las mejorías en los sistemas de cálculo han permitido ajustar los datos.
La situación de los principales indicadores de la lucha contra el sida es esta:
- Financiación. Sólo el tema en teoría más espinoso, el del dinero, la ONU ha alcanzado las expectativas: el año pasado se destinaron 7.000 millones de euros, una cifra que está en la horquilla de entre 5.500 millones y 7.800 millones que la ONU calculó que necesitaría. Pero hasta ese logro es un espejismo. La enfermedad se prepara para salir de África y las necesidades se multiplican. Para este año se necesitarán casi 12.000 millones, de los que sólo hay comprometidos 7.000 millones. En 2008, harán falta más de 17.000.
- Tratamientos. El plan para que tres millones de personas (la mitad de los que necesitan medicación) de países en desarrollo recibieran medicación en 2005 sólo ha logrado dar tratamiento a 1,3 millones. La ONU admite este fracaso, pero añade que supone un avance frente a las 240.000 personas que recibían tratamiento en 2001. En el futuro, la demanda aumentará en número y en calidad. Los medicamentos conseguidos a bajo precio de los laboratorios tienen que ser complementados o sustituidos por otros más avanzados, y la industria se resiste a ceder las patentes. - Niños. Unos 2,3 millones de niños viven con el VIH. Cada año mueren unos 500.000. El 26% de los hijos de madres con el VIH lo heredan o lo adquieren durante la lactancia. Esta transmisión sería fácilmente evitable con un tratamiento de las madres y suministrando leche maternizada. La ONU quería que este porcentaje hubiera bajado 10 puntos desde 2001. El objetivo sólo se ha cumplido en 11 de los países más afectados. Además, casi 14 millones de pequeños han perdido a su padre, su madre o a ambos por culpa del sida. Ello les obliga a abandonar la escuela para atender las tareas domésticas, para cuidar a familiares enfermos o para buscar el sustento del resto de su familia.
- Mujeres. Ya son más de la mitad de los afectados. Y la proporción va en aumento. La muerte de sus parejas obliga a muchas a prostituirse para salir adelante. En esta situación, muchas veces consiguen mejores precios si mantienen relaciones sin preservativo. Ni siquiera el matrimonio las salva. Aparte de las que son violadas por otros miembros de la familia, muchas veces es el propio marido infectado es el que les transmite el virus. Además, son las primeras en abandonar la escuela cuando la familia está en apuros, y las últimas en ir al médico si esta atención cuesta dinero.
Muchas sólo se hacen la prueba del sida cuando están embarazadas. La ONU quería que, ante un diagnóstico positivo, el 80% recibiera tratamiento. El resultado es que sólo lo consigue un pobre 9%.
- Conocimiento. Saber cómo se transmite el sida y cómo se previene es la base de toda actuación futura. Pero el mensaje no llega a los jóvenes. La ONU quería que, a estas alturas, el 90% tuviera la información suficiente. Ningún país lo ha conseguido. La media mundial está en el 33% de los chicos (el máximo, el 70%, revela que hasta en los países con mejores campañas un 30% de los jóvenes no sabe cómo protegerse). Entre las chicas, más vulnerables biológica, social y culturalmente, el porcentaje no llega al 22%.
- España. La situación española vive un estancamiento. Las extrapolaciones del Ministerio de Sanidad apuntan a que casi 150.000 personas viven con el VIH, de las que una tercera parte ni siquiera lo sabe. Unas 80.000 están en tratamiento con antivirales. Cada año se infectan 3.000 personas, y fallecen unas 1.500.
Hace 25 años en California
El próximo lunes 5 de junio se conmemoran los 25 años desde la primera alerta sanitaria por el sida. La dio el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EE UU), en un artículo en el que hablaba de la extraña aparición de cinco casos de un tipo raro de neumonía en homosexuales de Los Ángeles y San Francisco.
A esos casos siguieron otros, con otras enfermedades igualmente poco frecuentes, como el sarcoma de Kapossi (un tipo de cáncer de piel). A los gays se unieron los hemofílicos, los heroinómanos y, curiosamente, los haitianos. Las cuatro H.
En España, el primer caso se detectó en octubre de 1981 en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Todavía no se había definido el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) ni se conocía el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).
Desde entonces la enfermedad se ha convertido en algo tan conocido que su acrónimo se usa como un nombre propio, sida. Y su expansión continúa imparable.
Asia será el siguiente foco. Los datos de India demuestran que ya es el país con más personas infectadas (5,6 millones por 5,1 millones de Suráfrica).
El otro foco que más preocupa son los países de la antigua URSS . La pobreza, el aumento de la prostitución y el consumo de drogas actúan como detonante.
Además, su cercanía a Europa Occidental, que ha bajado la guardia, pueden hacer que se extienda la enfermedad hacia el oeste.
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