Chávez acapara la atención en la campaña electoral peruana

Cuando apenas quedan cinco días para que los peruanos elijan al próximo presidente del país, la distancia entre los dos candidatos, el socialista Alan García y el nacionalista Ollanta Humala, se ha reducido a cuatro puntos. Esto, unido al alto número de votantes indecisos -en torno al 20%- ha generado tensión en un país donde se cruzan las acusaciones de interferencia en el proceso electoral del presidente venezolano, Hugo Chávez, y las advertencias de disturbios al cierre de la urnas.

Desplazando a los candidatos, en las últimas horas la escena ha sido acaparada por el mandatario venezolano, Hugo Chávez, el ex jefe de los servicios secretos, Vladimiro Montesinos y el ex presidente Alberto Fujimori.

"O con Chávez, o con Perú", subrayó ayer García, líder del Partido Aprista Peruano (PAP) quien acusó al mandatario venezolano de "injerencia intolerable" en los asuntos peruanos. El pasado lunes, y desde Bolivia, Chávez amenazó con romper las relaciones diplomáticas con Perú en el caso de que el socialista venza en las urnas. "Le pido a Dios que no sea presidente de Perú el irresponsable, demagogo, embustero y ladrón que es Alan García", dijo Chávez flanqueado por su homólogo boliviano Evo Morales. Ayer García tampoco se mordió la lengua: "En su demanda de divorcio, Chávez fue acusado por su esposa de golpearla todos los días. Es un sátrapa petrolero y rico".

García ha optado por convertir el acto de cierre de campaña, que está previsto que se celebre mañana, en una manifestación de rechazo a Chávez, e insiste en cada una de sus intervenciones en que el venezolano apoya al "aparato golpista y militarista" que encabeza el nacionalista Ollanta Humala, líder de la Unión por el Perú (UPP).

Para aumentar la confusión, desde el Gobierno del presidente saliente, Alejandro Toledo, se está dando alas a la teoría -apuntada por el mismo Toledo el pasado sábado- de que al cierre de las urnas el próximo domingo pueden generarse graves disturbios con la ayuda de personas llegadas en vuelos especiales desde Venezuela. El ministro de Defensa, Marciano Rengifo confirmó ayer la existencia de estos vuelos desde Caracas a la ciudad de Tacna, al sur del país, pero añadió que es un tema "que están estudiando los servicios de inteligencia". Toledo ha subrayado que la Organización de Estados Americanos (OEA) "no puede lavarse las manos ante las continuas injerencias de Chávez".

Humala ha rechazado relación alguna de su partido con ese movimiento y la plana mayor de la UPP exigió ayer al Gobierno que aporte pruebas de dicha acusación y ha presentado documentación y grabaciones que, asegura, muestran la alianza "de impunidad" entre García y Fujimori.

El ex presidente está en la actualidad pendiente de extradición desde Chile, acusado de crímenes contra la humanidad, pero que tiene en el Congreso 13 parlamentarios decisivos, entre ellos Keiko, hija de Fujimori, que fue la política más votada en las legislativas del pasado 9 de abril. Su estrategia es la de asociar las palabras corrupción y desastre económico con García.

Y lo ha conseguido. El 46% de los votantes cree que con Humala habrá menos corrupción que con García. En paralelo, Humala ha tratado de distanciarse, aunque sea tímidamente, del abrazo de Chávez y ha tachado de "irrelevantes" las declaraciones del venezolano desde Bolivia. Ayer un portavoz de su partido fue más lejos y se declaró partidario de mandar a Chávez "al carajo".

La incertidumbre es demasiada para guardar la calma. En las últimas semanas la progresión de Humala, ha sido constante en la intención de voto y, desafiando los pronósticos que aventuraban una holgada victoria de García, el ex militar nacionalista se ha colocado con el 48% de las preferencias, a apenas cuatro puntos del ex presidente socialista (1985-1990) quien ostenta el 52% de las simpatías de los votantes. Hace tres semanas la ventaja de García llegaba a los 20 puntos sobre Humala.

Y aunque permanece en una cárcel de máxima seguridad, incomunicado, el ex jefe de los servicios secretos de Fujimori, Vladimiro Montesinos, ha sacado un libro titulado Peón de ajedrez en el que acusa a Humala de formar parte de una conspiración liderada por Chávez y el cubano Fidel Castro.