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Reportaje:

El Festival Hay celebra su pasión por los libros

Miles de visitantes llenan estos días la pequeña ciudad galesa que acoge el encuentro literario, que se organizará en Segovia en septiembre

Juan Cruz

Aquí, en este pueblecito de Gales, habitan 1.400 personas que desde hace 19 años viven cada mes de mayo un carnaval literario que se llama Hay Festival. Este festival, que pronto tendrá su espejo en Segovia, nació al amparo de un hecho insólito -desde los años sesenta, Hay es el lugar del mundo donde hay mayor número de librerías- y ahora es una tradición imparable. En 10 días vienen a Hay más de 80.000 personas, a 8.000 por día, a escuchar encuentros literarios, musicales, artísticos, políticos... -entre los invitados este año destacan, entre otros, Zadie Smith, George Saunders, Margaret Atwood, Seamus Heaney, Fernando Savater, Christopher Hitchens, Jeannette Winterson-. Bill Clinton lo llamó en 2001 "el Woodstock de las ideas". Anoche lo usó su vicepresidente Al Gore para divulgar sus posiciones de alarma sobre el medio ambiente en el mundo.

Hay nació hace 19 años y está tan campante. No es un festival, es un milagro. Se hace gracias a determinados patrocinios -el más vistoso, el del periódico The Guardian-, pero ya se autofinancia, gracias a las entradas (a 6 libras) que se cobran por asistir a cada uno de sus 350 acontecimientos; pero no sería posible si toda la población de Hay no lo estuviera apoyando.

Escribo esta crónica desde una de las habitaciones de la casa de un contable adinerado que deja parte de su vivienda para que la ocupe cualquiera de los asistentes al festival; y, como este cronista, hay diseminados por casas particulares de toda la región centenares de los visitantes que abarrotan no tan sólo el festival, sino las 50 librerías que convierten esta villa galesa en un récord viviente de devoción por la lectura y por el comercio del libro.

Los pubs están llenos, las casas rebosan y se vive un ambiente que contrastará luego con la quietud provinciana que se respira aquí y en cualquier otro pueblo británico de estas dimensiones el resto del año. Penny Chantler, la encargada por el Hay Festival de asegurar esta peculiar intendencia, nos decía ayer que en la ciudad hay 100 familias -de cualquier condición- dispuestas a llenar sus casas de huéspedes; hay muy pocos hoteles y funcionan medio centenar de alojamientos del tipo de los bed and breakfast (cama y desayuno). Los que no caben ahí viven como si fueran invitados en casas de desconocidos. Mayor confianza no cabe.

La propia Penny explicaba que este sistema de alojamiento tan abierto y democrático no sería posible en otros lugares, "porque esta región galesa es quizá la más acogedora del Reino Unido".

El Hay Festival fue una iniciativa de Peter Florence, entonces un joven actor británico que recorrió el mundo recitando poemas, y de su padre, productor teatral que dirigió The Globe, el teatro londinense de Shakespeare; los dos creían que "los festivales generan una energía fuera de serie, la que viene del público, y eso, unido a la literatura, crea nuevos lectores". Empezaron en Hay por casualidad, y porque el padre de Peter, Norman Florence, vivía en la zona. La abundancia de libros fue "una excelente casualidad".

Ahora Hay mira también a Cartagena de Indias, en Colombia (que fue una iniciativa de Carlos Fuentes), y a Segovia, en España. En Cartagena se celebró por primera vez el pasado mes de enero, y ahora se prepara el Festival Hay en Segovia. Hubo dos intentos de llevarlo a Deia, en Mallorca, tras la estela de Robert Graves y de otros mitos de la reunión de la cultura inglesa con el Mediterráneo, pero los organizadores no le ven porvenir al acontecimiento en aquel lugar, y han conseguido la complicidad del alcalde (socialista) de Segovia, Pedro Arahuetes, que ha venido con una amplia delegación a conocer Hay y ayer invitó a cochinillo preparado por un histórico de Cándido, Tomás Urrialde.

Segovia es más que el Acueducto y que los cochinillos y otras prendas históricas de las que se enorgullece, decía ayer el alcalde. Según él, la Segovia literaria (a la que le gustaba venir a Julio Cortázar y a Jaime Gil de Biedma) se quiere abrir ahora a los escritores del mundo anglosajón y de cualquier parte; el festival ya tiene un programa aproximado. En él trabaja, por Hay, Cristina Fuentes La Roche, que fue la artífice de que se hiciera el Festival Hay en Cartagena de Indias.

En Segovia, la apertura del festival, el 21 de septiembre, correrá a cargo de Bob Geldof, y después se producirá el carrusel de actuaciones literarias basadas en la mezcla de escritores, músicos, cineastas y otros artistas que conforman el estilo que Hay ha consolidado.

España ha venido a Hay como nunca antes: una delegación comercial encabezada por Fernando de Lanzas y por Ignacio Vasallo (consejero comercial y consejero de turismo de la Embajada, respectivamente) y el director del Cervantes en Londres, Juan Pedro Aparicio, le dieron el aire oficial a la pretensión española de sentirse cerca de Hay, y tres escritores (Carmen Posadas y Rafael Reig, españoles, y Jorge Franco, colombiano) le dieron a la presencia de la lengua la metáfora de sus libros, de los que hablaron a mediodía en un coloquio previo a la degustación del cochinillo. Próxima parada, Segovia.

Una mujer hojea algunos libros en una de las librerías de Hay-on-Wye.
Una mujer hojea algunos libros en una de las librerías de Hay-on-Wye.JUSTIN WILLIAMS

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