CiU pide una consulta popular para decidir el futuro de Montjuïc
La portavoz adjunta del grupo municipal de Convergència i Unió (CiU) en el Ayuntamiento de Barcelona, Sònia Recasens, pidió ayer al alcalde de la ciudad, el socialista Joan Clos, que convoque una consulta popular para decidir el futuro de la montaña de Montjuïc, en lugar de preparar un plan director de usos de la zona "a espaldas, una vez más, de los ciudadanos de Barcelona".
Recasens calificó de "faraónico" y "agresivo" el proyecto municipal, que asegura que sólo quiere convertir la montaña "en un centro de atracción turística y alta rentabilidad comercial" y que pretende "agujerear la montaña por todas partes" con la "excusa de querer hacerla más accesible a los barrios que la rodean".
"En realidad, lo que se trasluce del plan que de momento ha trascendido es que se quiere hacer de la montaña un centro de atracción turística que acoja grandes acontecimientos multitudinarios"; es decir, "una montaña impersonal sólo pensada para sacarle rentabilidad comercial", añadió Recasens.
La portavoz de CiU consideró "desproporcionado" invertir 200 millones de euros en la reforma de la montaña y apuntó que se trata de una "ingente cantidad de dinero público que nadie pide", destinada "a un proyecto que no le gusta a nadie". A juicio de la edil nacionalista, esto "demuestra que Clos sólo presenta este plan porque se acerca la campaña electoral y así puede demostrar a los ciudadanos que tiene iniciativas y proyectos".
Recasens cree que "el plan es irrealizable a corto y medio plazo", por lo que se "teme" que, "una vez más, la montaña quedará sin salir del estado de indefinición que arrastra". Por todo ello, la concejal defendió una consulta popular sobre el asunto. Lo argumentó de la siguiente manera: "Si podemos hacerlo [la consulta popular] para decidir el nombre de los dos nuevos delfines nacidos en el zoo, con más motivo podemos hacerlo para saber qué montaña queremos".
