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Reportaje:

Una lucha olvidada

Un libro del periodista Txema Urrutia reivindica el protagonismo del 'grupo de Bergara' durante la Transición en Euskadi

Maribel Marín Yarza

En 1975, muerto ya el dictador Franco y debilitado su régimen, un grupo de concejales de la comarca guipuzcoana del Alto Deba hace suyas las aspiraciones de libertad de la sociedad vasca y aprovecha las últimas elecciones municipales de la llamada "democracia orgánica" para conquistar los ayuntamientos y luchar por los fueros, el euskera, la ikurriña... Su papel fue decisivo en la despenalización de la bandera vasca y en la consecución de la amnistía de los presos de ETA de finales de los 70. El periodista Txema Urrutia reivindica ahora sus aportaciones en el libro Alcaldes en lucha. El grupo de Bergara en la Transición (1975-1979), editado por Txalaparta.

"Me planteé rescatar esta historia olvidada, ahora que todavía estamos a tiempo y tenemos aquí a sus protagonistas", dijo ayer Urrutia, durante la presentación del libro ante Imanol Murua, Iñaki Arestizabal y José Luis Elkoro, ex alcaldes de Zarautz, Oiartzun y Bergara, respectivamente. Los tres formaron parte de este grupo que se convirtió en el "único portavoz reconocido por el Gobierno" en Euskadi durante la Transición, según el escritor.

Para avalar su afirmación recordó tres hitos de su actividad política. Primero, que fueron ellos quienes lograron que la ikurriña ondeara en los ayuntamientos vascos el 19 de enero de 1977, tras mantener la víspera una intensa reunión en Madrid con el ministro del Interior del Gobierno de Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa. Después, que con un órdago lograron la amnistía de los presos de ETA y el extrañamiento de los condenados por delitos de sangre. "Si no salen todos, dimitimos", recordó Urrutia que dijeron, "sabiendo que el Gobierno no podía prescindir de su interlocución". Y tercero, que impulsaron con Telesforo Monzón en Txiberta (Biarritz) unas reuniones con todas las ramas de ETA y los partidos nacionalistas -aún en la clandestinidad- para tratar, sin éxito, de "presentarse ante Madrid como una opción única".

El libro recuerda la intensidad de aquellos días con documentos y entrevistas con Martín Villa y con los protagonistas de este grupo, que perdió fuerza cuando en 1977 se celebraron las primeras elecciones generales. "El Gobierno tenía ya otros interlocutores, así que se les dejó de lado. Terminaron en el 78 con una manifestación pidiendo elecciones municipales", apunta Urrutia. Su historia, apenas se ha contado. Dicen los tres ex alcades que porque no ha interesado a los partidos políticos.

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