'Viva Cuba', un filme sobre la aventura de la emigración
La película, de Juan Carlos Cremata, obtuvo el Premio de la Juventud en Cannes en 2005
Pese a su título y argumento, pocos en su país apostaron por Viva Cuba, la segunda película del realizador cubano Juan Carlos Cremata, ganadora del Gran Premio de la Juventud en la pasada edición del Festival de Cannes, que hoy se estrena en España. Rodada con exiguos recursos y mucha más voluntad que apoyo oficial, Viva Cuba es un singular road movie con niños, que tiene como telón de fondo el tema de la emigración aunque el filme no cuenta una historia política sino humana. Se trata de la aventura de una pequeña que escapa de su casa con su mejor amigo para evitar que su madre, que quiere marcharse de Cuba, los separe.
Cremata realizó la película con una cámara digital y un equipo de 15 personas, fuera del esquema de producción del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). En cierto sentido, con Viva Cuba el director de Nada (2001) quería demostrar que "sí se puede hacer cine alternativo" en la isla, y también "contar una historia de niños y con niños de protagonistas, algo que nunca se había hecho en Cuba".
"Cuenta una historia sobre niños, pero no es una película infantil, va mucho más allá"
"Malú quiere quedarse en Cuba no por la revolución, sino porque están sus amigos"
Según Cremata, Viva Cuba es una película "familiar", tanto por su tema como por el modo en que fue realizada. Los niños actores, Malú Tarrau y Jorgito Miló, trabajan en el grupo de teatro infantil La Colmenita, que dirige su hermano Carlos Alberto. La codirectora de la película fue su madre, Iraida Malberti, con años de experiencia en la televisión para niños. Su abuela desempeñó el papel de la abuela de Malú, mientras que dos primos suyos hicieron la dirección de arte y la música.
"Toda la labor de edición se realizó en esta casa", cuenta Cremata en su domicilio del barrio del Vedado. Desde su terraza se ve la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, donde cada día cientos de cubanos hacen cola para emigrar. "Para mí el asunto de la emigración está muy presente... Me despierta el murmullo de la gente a las siete de la mañana, y luego van pasando cosas. Hay gente que hasta viene con maletas porque piensa que ya va a salir de viaje".
Cremata cree que el problema de la emigración no es exclusivo de Cuba y considera que, en su país, las causas son más económicas que políticas. En cualquier caso, ha querido que en su película este tema sirva sólo de base para contar una historia humana. "Malú no se quiere quedar en Cuba por la revolución, quiere quedarse porque en Cuba están sus amiguitos, está su escuela, y sobre todo, está enterrada su abuelita. Cuenta una historia sobre niños, pero no es una película infantil, va mucho más allá".
Despolitizar el tema cubano no es sencillo, pero por el éxito internacional de Viva Cuba, parece haberlo logrado. El filme ha cosechado más de 20 premios en Alemania, Italia, Francia, Guatemala y hasta en Taiwan, y en Cannes obtuvo el Gran Premio de la Juventud, otorgado por unanimidad por un jurado de 24 niños. "La película, además, ha tenido una buena acogida en Miami, lo que no deja de ser sorprendente", dice.
"Pese a que sus familias se detestan, Malú y Jorgito son dos niños que se han prometido amistad para toda la vida y quieren que se les tome en cuenta. Quien vea la película en términos de castrismo y anticastrismo no entenderá nada", asegura Cremata, de 44 años, que es hijo de una de las víctimas de un atentado terrorista contra un avión de Cubana de Aviación en 1976, pero a quien le "repugna" la política.
La película es una coproducción de la compañía francesa QUAD Productions, la Televisión Cubana, La Colmenita y varios amigos asociados en el grupo de creación artística El ingenio -"por el ingenio que hay que tener para sacar cualquier proyecto adelante"- , y su rodaje costó menos de 50.000 dólares. "Al principio nadie apostaba por Viva Cuba. Ahora, convertida en la primera película cubana ganadora de un premio en Cannes, todo el mundo me quiere", bromea Juan Carlos Cremata.
Babelia
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