Pollack hace un buen retrato de Frank Gehry

Fuera de concurso se ha programado el primer documental realizado por Sydney Pollack, quien ha llegado a Cannes pilotando su propio avión. Sketches de Frank Gehry es un retrato personal del famoso arquitecto en el que se analiza parte de su obra monumental repartida por el mundo, su sistema de trabajo, desde los primeros croquis a su materialización en maquetas manejables, que posteriormente cobrarán vida en forma de titanio, vidrio, acero, piedra, madera... Pollack ha hablado durante horas con Frank Gehry, ha entrevistado a una veintena de amigos, clientes, colegas y competidores, y se ha paseado por algunos de los lugares en que Gehry ha dejado huella de su talento. Berlín, Los Ángeles, Malibú, Praga, Barcelona, Düsseldorf y, naturalmente, el Museo Guggenheim de Bilbao, cuyos directivos son entrevistados.

Con dos camaritas digitales y a lo largo de cinco años, el director de Tal como éramos, Jeremiah Johnson o Tootsie ha confeccionado un documental bien armado, sólido, pero al que le faltan ideas cinematográficas. La película, de hora y media, tiene cuanto debe tener, salvo el ángel que se podría esperar en un director de la talla de Sydney Pollack. Frente a la desbordante imaginación del arquitecto, la rutina del cineasta; frente al riesgo de uno, repetición de lo ya hecho por parte del otro. Es un trabajo modesto puesto al servicio del protagonista, aunque Pollack se reserva también su parte, apareciendo de continuo en las charlas o en las visitas a los visionarios edificios del arquitecto.

Cuenta Pollack que llevaba años pensando que su amigo Frank Gehry merecía un documental pero que no era él la persona idónea para dirigirlo: "No sé nada de documentales, y aún menos de arquitectura", le dijo a Gehry, lo que a éste le hizo pensar que era precisamente una persona como él la más adecuada. Acertara o no Gehry en su pronóstico, el documental, propio para televisión, es interesante y entretenido, lo que quizás no se pueda decir de otros similares.