Un hospital de Madrid trasplanta el aparato digestivo y el bazo a un bebé

Una niña de 15 meses ha sido la primera paciente de España a la que le ha sido trasplantado con éxito gran parte del aparato digestivo y el bazo. La paciente, que ha sido dada de alta y se recupera satisfactoriamente en casa, recibió seis órganos -el estómago, el hígado, el páncreas, el duodeno, el resto del intestino delgado y el bazo- de un único donante. La operación ha sido realizada por el equipo del hospital de La Paz, de Madrid, que hace tres años trasplantó cinco órganos (los mismos menos el bazo) a una adolescente de 16 años que murió poco después por una infección.

Cristina, la niña intervenida, empezó a tener problemas de salud antes de nacer. A los ocho meses de gestación, una ecografía reveló que tenía un bulto junto al intestino. A los dos meses de vida, el bulto había crecido seis centímetros y los médicos de otro hospital madrileño decidieron extirparlo.

Pero Cristina sufrió daños en una arteria (la mesentérica superior) durante la intervención, y en los meses siguientes los órganos del aparato digestivo se fueron deteriorando. Fue operada cinco veces antes de cumplir el año de vida para extirparle el duodeno y seccionarle el intestino. Poco después el páncreas empezó a fallar y, en los primeros meses de este año, la alimentación por vía parenteral que recibía por su incapacidad de digerir ningún alimento le inutilizó el hígado.

"A los 15 meses la niña pesaba 6,5 kilos, el peso de un bebé de seis o siete meses de vida. Estaba muy desnutrida y a punto de convertirse en una enferma terminal", recordó el jefe de trasplantes del hospital, Manuel López Santamaría.

Emocionado recuerdo

La madre de Cristina, María José García, no pudo ocultar ayer la emoción por la recuperación de su hija y tuvo un agradecido recuerdo a la "bondad" de los padres del niño donante y animó a la sociedad a seguir su ejemplo. "Es angustioso ver cómo un hijo tuyo se va deteriorando lentamente hacia la muerte. Puedo entender el dolor de los padres a quienes se muere un niño, pero entonces ya no hay solución y la donación puede ser el primer paso para salvar otra vida", dijo.

Cristina estuvo 11 horas sobre la mesa de operaciones, con el abdomen abierto mientras le implantaban los seis órganos. "Con niños tan pequeños, la operación requiere una gran precisión técnica por el diminuto tamaño de los vasos sanguíneos que hay que unir", explicaron los responsables del hospital. Todo el proceso quirúrgico, desde la preparación de la niña hasta su reanimación, se prolongó durante 24 horas.

El estado de salud de la niña es ahora "muy bueno", explicó López Santamaría. "No había ninguna esperanza para ella y ahora, a los dos meses de la operación, es una niña que se recupera en casa, ha ganado un kilo y medio de peso y puede comer por vía digestiva sin problemas", ilustró el responsable del equipo que ha llevado a cabo el trasplante multivisceral en el hospital de La Paz.

"Es todo un éxito, porque para nosotros el éxito no llega hasta que el paciente recibe el alta y retoma su vida normal", añadió. Cristina, sin embargo, deberá someterse a numerosos controles médicos en los próximos años. Los principales riesgos que afronta son las infecciones y que su sistema inmunitario rechace alguno de los órganos que le han implantado.

"El trasplante de intestino tiene mucho riesgo de infecciones, porque alberga una importante población de microorganismos imposibles de eliminar antes del trasplante. Cuando estas bacterias viven en el intestino no causan daño, pero pueden ser mortales si llegan al torrente sanguíneo e infectan otras partes u órganos del paciente", explicó López Santamaría.

Éste añadió que el riesgo de rechazo se multiplica exponencialmente con un trasplante múltiple: "Es algo imposible de evitar. A mayor número de órganos, más posibilidades de que el organismo rechace alguno. Aunque afortunadamente, el rechazo es reversible y puede equilibrarse con una correcta medicación", concluyó.