Un caza F-16 griego colisiona con otro turco en el sur del mar Egeo
Ankara y Atenas aseguran que el incidente no afectará a sus relaciones
Dos cazas militares F-16, uno griego y otro turco, colisionaron ayer en pleno vuelo en la región del sur del mar Egeo, zona donde los dos países aliados de la OTAN mantienen una antigua disputa sobre el control del espacio aéreo. El incidente ocurrió cerca de la isla griega de Karpathos, y fuentes del Ministerio de Defensa griego confirmaron que ambos cazas cayeron al mar 12 millas al sureste de la citada isla, situada al sur de Rodas. El piloto turco fue rescatado por un barco comercial, pero nada se sabía anoche de la suerte del piloto griego, a quien, según el Gobierno de Atenas, se considerará desaparecido durante 72 horas antes de ser declarado muerto.
Según informaron emisoras griegas, el piloto y pasajeros de un vuelo de las líneas aéreas egipcias que realizaba un itinerario entre El Cairo y Viena vieron el destello del choque de los dos cazas a unos 700 metros debajo de su propio aparato, cuando volaba a 10.000 metros de altura.
Ayer se desconocían con exactitud las circunstancias del incidente, ya que las versiones de una y otra parte difieren. El Estado Mayor turco dijo que se produjo cuando el caza griego obstaculizó a uno de los tres F-16 turcos implicados en el incidente para que no penetrasen en el espacio aéreo que Grecia considera suyo. El piloto turco, teniente Halil Ibrahim Osdemin, pudo saltar del avión a tiempo y fue recogido sano y salvo por el barco con bandera de Panamá Gaz Century.
Grecia, por su parte, dijo que los cazas colisionaron después de que dos F-16 turcos y un avión RF-4 violasen la "región de información de vuelos" de Atenas, una zona que se extiende sobre el mar Egeo.
Aunque los dos países se disputan la zona donde se produjo la colisión, que Turquía considera internacional y casi a diario hay maniobras aéreas de ambos países, el de ayer es uno de los incidentes más graves sucedidos en muchos años. La OTAN ha advertido con anterioridad a los dos países del peligro que entrañan tales maniobras y de que deben poner fin a ellas.
Limitar el daño
A pesar de las diferentes versiones sobre lo sucedido, Atenas y Ankara se apresuraron a intentar limitar el daño en sus relaciones. Las fuerzas de ambos países colaboraron en el rescate, los jefes del Estado Mayor estuvieron en contacto para estudiar el caso, según reveló el ministro de Defensa turco, Vecdi Gonul, y los dos ministros de Asuntos Exteriores, Abdulá Gul y Dora Bakoyanni, hablaron por teléfono. Según la oficina de prensa del Ministerio de Exteriores griego, "ambos ministros sienten el incidente y acordaron que no debe afectar a los esfuerzos que los dos países están realizando para mejorar sus relaciones".
La delimitación del espacio aéreo griego y sus aguas territoriales constituye uno de los contenciosos de Atenas con Turquía y ha llevado a los dos países al borde de la guerra, en 1963 y 1974 sobre Chipre, y la última vez, en 1996, a causa de una disputa sobre una isla desierta del Egeo. Turquía reclama 10 millas de espacio aéreo a partir de sus costas en el oeste, mientras que Grecia sólo reconoce seis millas aéreas turcas, y cada vez que un caza turco supera estas seis millas los griegos envían a sus cazas para hacerles retroceder.
En los últimos seis años las relaciones bilaterales han mejorado con el apoyo de Grecia al ingreso de Turquía en la UE, pero la tensión permanece en torno a los contenciosos territoriales. Los analistas consideran que el incidente de ayer enfriará las relaciones. "No va a producir nada bueno", asegura Thanos Veremis, de la Fundación Helénica para la Política Europea y Exterior. Cree que incrementará la frustración, porque los griegos perciben que su moderación respecto a Turquía no es recíproca por parte del Gobierno de Ankara, que no ha dado ningún paso importante en los contenciosos pendientes entre ambos países.
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