Cuestión de feromonas
Un estudio encuentra sugestivas diferencias en la respuesta a los olores entre lesbianas y mujeres hererosexuales
Las lesbianas reaccionan a ciertos olores corporales de una forma similar a la de los hombres heterosexuales y distinta de la de las mujeres heterosexuales, según una nueva investigación. Basándose en sus estudios anteriores, que mostraban diferencias significativas en el modo en que el cerebro de los varones heterosexuales y homosexuales procesa los olores, los investigadores podrían estar acotando la búsqueda de las esquivas feromonas humanas. La existencia de estos elementos químicos específicos del sexo que envían mensajes mediante el olor a otros miembros de la especie es muy conocida en los animales, pero su existencia en los humanos no está clara.
Los autores no afirman haber descubierto las feromonas humanas, ni que los olores sean un factor importante en las opciones sexuales de la especie humana, pero han hallado sugestivas diferencias en las respuestas fisiológicas al olor. El estudio se publicó el 8 de mayo en la edición electrónica de The proceedings of the National Academy of Sciences.
Las sustancias involucradas son un derivado de la progesterona que se fabrica en el sudor masculino y un esteroide similar a los estrógenos que se ha detectado en la orina femenina. El cerebro los procesa de forma distinta a los olores corrientes. En el experimento, 12 lesbianas olieron ambas sustancias mientras los investigadores observaban su riego sanguíneo cerebral mediante tomografías de emisión de positrones. Los aromas activaron regiones del cerebro que habitualmente procesan los olores, pero el componente similar a los estrógenos también activó una zona del hipotálamo, como ocurre en los varones heterosexuales. Estudios con animales indican que el hipotálamo es importante en la conducta sexual.
En investigaciones anteriores, Ivanka Savic y sus compañeros determinaron que las respuestas cerebrales a esos olores eran recíprocas en hombres y mujeres heterosexuales. Las mujeres heterosexuales respondieron al olor del sudor masculino en el hipotálamo y no en las regiones olfativas del cerebro, y los hombres heterosexuales reaccionaron al estrógeno femenino en el hipotálamo. Los varones homosexuales procesaron los olores igual que las mujeres heterosexuales.
A pesar de las similitudes, las lesbianas no responden a esos dos olores exactamente como los hombres, de modo que la analogía entre los varones homosexuales y las mujeres heterosexuales es imperfecta. "Esa observación podría fomentar la idea de que la homosexualidad masculina y femenina son distintas", señala Savic, catedrática adjunta de neurología en el Instituto Karolinska de Estocolmo.
Los aromas no son afrodisíacos. Ningún sujeto dio muestras de excitación sexual durante el experimento. Los investigadores recalcan que sus hallazgos carecen de aplicación clínica.
© The New York Times.
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