La ayuda humanitaria adecuada

Debemos agradecer al señor Jeffrey D. Sachs (y al cantante Bono como su aliado mediático) sus desvelos e iniciativas para que la lucha contra la pobreza sea una de las principales preocupaciones de la humanidad y, por supuesto, que EL PAÍS se haga eco de ellas. Sin embargo, artículo tras artículo el señor Sachs denuesta a aquellos que cuestionan los modos de acción y los resultados finales de la cooperación internacional.

Más aún, suele cercenar los debates ninguneando a los portadores de malas noticias. Sin embargo, William Easterly arroja en su último libro datos para el debate desde la otra orilla (qué más acicate para un progresista que leer a Joseph de Maistre), Paul Theroux aportó en estas mismas páginas inteligencia y, no lo olvidemos, una muy digna experiencia en cooperación, y Amir Attaran nos proporciona motivos para agudas reflexiones desde las revistas especializadas.

Para desgracia del señor Sachs hay algo más que "pensamiento único" en la ayuda humanitaria que precisa de savia nueva, gente capaz, conocimiento del terreno, democracia participativa, justicia y debate, mucho debate valiente. Hay mucho por hacer, por hacer bien, claro.