Las salidas que conducen al futuro

Los indígenas, los campesinos marginados, aprenden el valor del voto, asegura Sergio Ramírez. "Y ambos fenómenos, sentido de soberanía, y fuerza popular emergente, son herramientas de buen futuro". Expresiones de una democracia que hay que cuidar, incentivar y potenciar, opina el autor cubano Pedro Juan Gutiérrez: "Además de mantener las libertades de expresión, reducir la represión, y que Europa juegue un papel importante, mientras España debería ser nuestro cordón umbilical". La democracia como gran valor en alza también es lo que rescata Ángeles Mastretta. Espera que los nuevos gobiernos acaben con el caciquismo y la corrupción como vía para atacar la miseria. Dice que frente a las críticas o desconfianza que pueden estar levantando algunos gobiernos "los pueblos no son idiotas, y si se equivocan enmendarán. En cualquier caso son dueños de su destino".

América Latina vive una crisis en el proceso de integración, según Ana Maria Machado, escritora y miembro de la Academia Brasileña de las Letras. "Las políticas de pactos asociativos son incompatibles con el retroceso y la regresión representados por las políticas populistas. Éstas, demagógicamente, dan prioridad a la retórica vacía y sonora. Y sólo se pueden mantener debido a la ignorancia, la educación precaria y la falta de lectura de la población. Somos miembros de sociedades donde la educación nos fue recusada, por mucho tiempo, y hasta se negó el voto a los analfabetos. Se ha avanzado con la ampliación del universo de votantes. Pero la educación tarda, todavía". Su compatriota Cristovam Buarque ve el futuro en garantizar una educación para todos los niños.

Y tener en cuenta palabras como las de la mexicana Bárbara Jacobs: "Reconocer que no son intrínsecas, propias, naturales o sine qua non las desventajas que padezco por ser mujer; por ser mujer, escritora; por ser mujer, escritora, mexicana en el país de los machos por antonomasia; de los hombres, escritores; de los hombres, escritores, mexicanos me ha hecho sensible a reconocer que no son intrínsecas, propias, naturales o sine qua non las desventajas que padecen los mexicanos que, a pesar de ser hombres, ni siquiera han tenido las ventajas que he tenido yo a pesar de ser mujer. Alimentación, cobijo, trabajo, educación, acceso al cuidado de la salud".

El cineasta Javier Corcuera reconoce que la integración entre los países no es real pero que empieza a hablar de algo: "Que no hay una salida nacional para los problemas del continente, sólo salidas en las que nos ayudemos unos a otros. Salidas continentales a problemas nacionales". Y para que esas energías no decaigan, Eduardo Galeano pide "luchar contra la cultura de la impotencia, esa herencia colonial que nos impide volar con nuestras propias alas, y contra la dictadura del miedo, que en nombre del realismo nos impone la resignación. Y también luchar contra la jodida tradición que divorcia la palabra y el acto".