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Pederastia en la Iglesia católica

El Papa aparta de la vida pública por pederasta al fundador de los Legionarios

Ocho ex seminaristas acusan a Maciel, de 86 años, de abusos sexuales en los años 40 y 50

Enric González

Benedicto XVI, en un gesto inusual y cargado de significado contra la pederastia, impuso ayer al sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de la poderosa congregación de los Legionarios de Cristo (500 sacerdotes y 65.000 miembros laicos), la renuncia "a todo ministerio público" (misa, presencia pública, confesión...), tras realizar un "examen atento" de las denuncias por abusos sexuales presentadas contra él por varios antiguos seminaristas. El Vaticano anunció, con un comunicado, que renunciaba a someter a Maciel a un proceso canónico a causa de su "edad avanzada", 86 años, y de su frágil estado de salud.

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La denuncia que ha desembocado en el castigo arrancó cuando ocho ex seminaristas enviaron en 1997 una carta a Roma narrando los abusos que habían sufrido de adolescentes a manos de Maciel en los años 40 y 50 en España, México, Estados Unidos e Irlanda.

"A partir de 1998", dice el comunicado vaticano, "la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió acusaciones, que ya en parte se hicieron públicas, contra el reverendo Marcial Maciel Degollado, fundador de la Congregación de los Legionarios de Cristo, por delitos reservados a la competencia exclusiva del dicasterio. En 2002", seguía, "el padre Maciel publicó una declaración para negar las acusaciones y para expresar su descontento por la ofensa que le infligían algunos ex legionarios de Cristo. En 2005, por motivos de edad avanzada, el padre Maciel abandonó el cargo de Superior General de la Congregación de los Legionarios de Cristo".

Tras esta introducción, el comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede añadía: "Todos estos elementos fueron objeto de un examen maduro por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y según el Sacramentorum sanctitatis tutela (una instrucción publicada en 2001 por Juan Pablo II para hacer frente a los delitos sexuales dentro de la iglesia católica), el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, autorizó la investigación de las acusaciones. En ese tiempo ocurrió el fallecimiento del papa Juan Pablo II y la elección del cardenal Ratzinger como nuevo pontífice".

El tercer párrafo establecía la sanción: "Tras haber sometido los resultados de la investigación a un examen atento, la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo la guía del nuevo prefecto, cardenal William Joseph Levada, decidió, teniendo en cuenta la edad avanzada del padre Maciel y su frágil salud, renunciar a un proceso canónico e invitar al padre a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público", es decir, a la celebración de la misa y demás actividades del sacerdocio. Para que no hubiera dudas sobre la procedencia de la sanción, se precisaba: "El Santo Padre aprobó estas decisiones".

Tras el comunicado, el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y vicario del Papa, comentó que "los aspectos dudosos y discutibles" de Maciel no debían pesar sobre la congregación que había fundado. Ruini precisó que había que vigilar con gran atención "la educación afectiva en los seminarios" porque "quien tiene problemas, no digo ya de pederastia sino de homosexualidad, presiona para ingresar en los seminarios".

El papa Juan Pablo II bendice a Marcial Maciel durante una audiencia especial en noviembre de 2004.
El papa Juan Pablo II bendice a Marcial Maciel durante una audiencia especial en noviembre de 2004.ASSOCIATED PRESS

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