Dudas sobre la singularidad del Hombre de Flores
El pequeño Hombre de Flores no es una nueva especie humana, que evolucionó de forma singular en la isla indonesia del mismo nombre al menos hasta hace unos 18.000 años, sino que representa un caso de microcefalia, según Robert D. Martin, del Museo Field de Chicago, considerado uno de los mejores especialistas del mundo en primates. Martin expone su opinión, junto a varios colegas igual de prestigiosos, hoy de la revista Science, donde hace un año otro científico intentó demostrar que el Hombre de Flores, hallado en 2003, no era un caso de microcefalia, una patología que hace que el cerebro, así como la estatura en muchos casos, sean pequeños. Los intentos de aislar ADN de los restos, lo que pondría fin a la polémica, no han dado resultado por ahora, a pesar de que están intentándolo los mejores especialistas del mundo.
Martin recuerda que, aunque en las islas se producen algunas veces en animales cambios evolutivos hacia un menor tamaño, la reducción del tamaño del cerebro nunca es espectacular, como lo sería si el Hombre de Flores descendiera directamente del antiguo Homo erectus, como se ha propuesto. En todo caso, existen otros problemas más importantes, según Martin, para adjudicar una nueva especie a un único ejemplar, conocido como LB1. El principal es que los restos se encontraron junto a herramientas de piedra muy evolucionadas, que corresponderían al ser humano actual, el Homo sapiens. "Estas herramientas son tan avanzadas que no existe forma de que fueran talladas por nadie que no fuera H. sapiens", ha comentado el antropólogo James Phillips, que firma el artículo junto a Martin. Phillips recuerda que hace 18.000 años es casi seguro que ya hubieran llegado los humanos modernos a la isla de Flores.
Otro argumento importante es que el estudio hecho por Dean Falk que intentó en 2005 excluir la posibilidad de la microcefalia se hizo sobre la base de la comparación con el molde de un solo cráneo de una persona con esa patología, que además era un niño de sólo 10 años de edad que vivió hace 100 años, cuando se debería de haber escogido un caso de alguien con microcefalia leve que hubiera podido sobrevivir hasta ser adulto. "Fue la peor elección posible para este estudio. La capacidad craneal resultó ser de sólo 260 centímetros cúbicos, la mitad de la del Hombre de Flores y es la más pequeña que he encontrado entre 100 casos de microcefalia estudiados", afirma Martin.
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